Desconfianzas
"Si siguiéramos la lógica de los empresarios, que no invierten por desconfianza, que le queda a la población.
En los últimos tiempos, en el país se ha intentado imponer la creencia, que el bajo crecimiento de la economía y la inversión, se debería, casi exclusivamente, a la desconfianza que se ha apoderado del empresariado, dado a las reformas e incertidumbres que estas generan.
Pasemos a otro frente y detengámonos en el precio del cobre ¿se imagina como estaría la economía si el rojo metal hubiera continuado con un precio por sobre los 4 dólares la libra? Sin duda alguna que la minería seguiría situándose en un alto nivel y hoy veríamos nuevos proyectos, ampliaciones, exploraciones, etc.
Esto no es todo, ya que la minería es uno de los sectores de la economía, que arrastra a una serie de otros rubros asociados a su desarrollo, como la construcción, el transporte, el comercio, la industria, etc. O sea, el país continuaría pujante y creciendo a un buen ritmo, independiente de las reformas citadas ¿o no? Con un precio, apenas por sobre los 2 dólares la libra, de promedio, es poco lo que se puede esperar.
Por otro lado, dudo que un verdadero empresario, ante un negocio evaluado rentablemente, con las condiciones tanto tributarias como laborales, post reformas, se niegue a seguir su leiv motiv, que es hacer negocio. Al respecto citaré una experiencia personal. Durante 36 años trabajé en una empresa cuyo presidente era don Hernán Briones, un destacado empresario y dirigente gremial, muy identificado con el gobierno de Pinochet. A don Hernán jamás lo vi detener un proyecto por una consideración política.
Hay otras desconfianzas que se han instalado en el país, que son más profundas, amplias e inmorales que las esgrimidas por las cúpulas empresariales. Me refiero a las desconfianzas ciudadanas. Estas han sido provocadas por actuaciones escandalosas o fraudulentas de distintos actores, tales como empresas coludidas y financistas ilegales de la política, la iglesia, Carabineros, el Ejército, el parlamento, etc. Si siguiéramos la lógica de los empresarios, que no invierten por desconfianza, que le queda a la población ¿no comprar medicamentos, ni pollos, ni papel higiénico, no ir a misa, no recurrir a carabineros, no respetar al Ejército, no votar en las elecciones?
Todos tenemos que hacer un esfuerzo por entender que, con actitudes honestas, transparentes y apegadas a la Ley, con políticas, principios y valores morales, códigos de ética y normas que se cumplan, podremos avanzar hacia el país en el que aspiramos vivir.
No voy a defender la forma, ni menos la implementación de algunas de las reformas, ya que tengo mis críticas al respecto. Lo que tengo claro, es que el cambio que más preocupó a los empresarios, el tributario, era necesario para financiar la reforma educacional que todos los sectores exigían.
Carlos Tarragó
Presidente Corporación Proa Antofagasta