Jorge Abasolo Aravena
Luego de estudiar química y bioquímica, el brillante investigador español, Pere Estupinyá se ha dedicado a difundir el conocimiento científico por el mundo.
Se declara un consumidor omnívoro de ciencia. Abandonó un doctorado en genética para dedicarse en plenitud a la divulgación científica.
Señala que la inteligencia no es sólo una capacidad, sino también una actitud y añade que la mente debe operar como un paracaídas: estar siempre abierta y considera que ese axioma que reza: "rectificar es de sabios", es muy conocido, aunque poco aplicado.
"Lo he repetido varias veces: La inteligencia pasa por una actitud, pues es un mensaje trascendental. En este sentido debemos estar abiertos a dudar y a cambiar de opinión, pues ello es mucho más inteligente que encerrarnos en dogmatismos", señala.
Pere Estupinyá fue guionista y editor del programa Redes de TVE y profesor de ciencia, tecnología y sociedad en la Universidad Ramón Llull.
Sus escritos se han publicado en El País, Público, El Mundo, La Vanguardia y la revista Muy Interesante, entre otras.
En la actualidad reside en Washington, donde se desempeña en los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., ausculta el estado del periodismo científico en América Latina para el Knight Tracker en español del MIT, entre otros.
Emoción
En tu obra pones mucho énfasis en la palabra "ilusión", ¿Por qué?
-Mira…lo que pienso es que las emociones, son en realidad las que marcan nuestras acciones. Por ejemplo, una ilusión de miedo te marca una acción de bloqueo o escape. Una emoción de ilusión te marca una dirección, un impulso hacia una dirección determinada. Entonces, cuando tenemos que escalar una montaña o tenemos que escribir un libro; tenemos que hacer algo que es costoso energéticamente…lo podemos intentar de manera racional y analizando todas las variables posible, pero finalmente es la emoción la que te impulsa a hacerlo. Para mí la ilusión es un motor fundamental, pues sin ilusión no hay fuerza.
En Chile no se destina más del 0,3% del PIB a la Ciencia, y lo recomendable es un 2,4% aproximadamente. ¿Qué recado enviarías a nuestra clase política?
-Yo les diría que se tomaran en serio este tema, pues bien vale la pena. Es decir, la relación e inversión científica y desarrollo socio-económico, cultural y hasta de bienestar está ya demostrada empíricamente por numerosos estudios. Y no solamente en países líderes…porque a veces existe la sensación de que: "¡Ah, esto funciona en los Estados Unidos o en Alemania porque ellos son líderes!". No es así. Se ha visto y se ha constatado que en países que no son líderes, el hecho de invertir en ciencia genera beneficios. Y cuando digo que se lo tomen en serio, quiero decir que sean pragmáticos para decir en qué tipo de ciencia quieren investigar. O sea, está muy bien hacer astronomía, está muy bien hacer genética, pero acá en Chile tenéis litio, y las baterías se hacen en otro lado. ¿Y por qué se hacen en otro lado? Porque, para hacer baterías de litio, necesitas ciencia y tecnología.
Cualquier inversión científica que hagas, sea en biología del salmón, en biología de la vid, en biología del cobre, que son industrias muy potentes en ciencia, esto…¡tendrá beneficios seguros!
Al político tienes que hablarle en lenguaje pragmático, en realidad. Todo lo que sea conocimiento o cultura, no le importa tanto, ¿vale? Pero en lo que se refiere a temas prácticos, en términos económicos….esa inversión rinde frutos. Y de eso hay que convencerlos.
Ciencia y fe
Eres un gran investigador del universo. Un gran pensador dijo que un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia acerca a Dios. Cuando percibes la majestuosidad del Universo, ¿te toca el tema de Dios?
-No, en absoluto. No tengo ningún indicio de que haya un ser divino generando todo este orden en el Universo, porque al final te preguntas ¿quién crea ese ser divino? A pesar de observar la gran complejidad del Universo, de la vida y del cerebro, nunca he sentido la necesidad de ir hacia Dios para encontrar algunas explicaciones.
¿Harías una relación entre ciencia y fe?
-Creo que ciencia y fe son antagónicas, metodológicamente hablando. La fe te obliga a creer, y más aún la fe religiosa. Lo que te dice la fe católica es que creas, a pesar de que las evidencias no sean contundentes…o no existan.
En cambio la ciencia te sugiere todo lo contrario. Te dice que pongas a prueba, que dudes. La ciencia te obliga a dudar; y la fe te obliga a creer.
Para mí son antagónicas, y considero que los esfuerzos por juntarlas, provienen de científicos o gente que le gusta la ciencia, pero que tienen creencias religiosas muy precisas. Me parece bien que lo intenten, pero no me parece intelectualmente justificado.
Insisto: para mí se trata de dos maneras opuestas de acercarse a la comprensión de la realidad.
"La inteligencia pasa por una actitud, pues es un mensaje trascendental. En este sentido debemos estar abiertos a dudar y a cambiar de opinión"."