Una novela del Chile con pantalón corto
-¿Qué le provoca el siglo XIX y su reminiscencia?
-Siempre me ha fascinado por su romanticismo, por su idealismo, es un siglo donde se dieron grandes pasos hacia el progreso de la humanidad. Y en Chile es el siglo de nuestro nacimiento, de nuestra infancia. Pienso en el siglo XIX y pienso en un Chile con pantalones cortos. ¿Cómo éramos?, ¿qué cosas nos gustaban?, ¿cuáles fueron nuestros grandes problemas, traumas, alegrías? Todo aquello está en "La patria de cristal". Esa vulnerabilidad, esa fragilidad del comienzo, los anhelos que movieron a los constructores de este país.
En resumen
-¿Cuáles historiadores chilenos son sus preferidos?
-De todos los historiadores que incluí en mi investigación, los que más me gustaron fueron Diego Barros Arana, por sus ideas liberales, y la excelencia de su trabajo y Benjamín Vicuña Mackenna, por su pasión y su pluma incomparable. También incluí textos reales de la nutrida correspondencia de aquella época y el criterio fue quedarme con aquellos que expresaran más fielmente la calidad de la persona, su manera de ser y de pensar. Creo que si en el siglo XIX la patria era de cristal, en el siglo XX es de estremecimiento, el material de los temblores del alma.
-¿Son quiénes del siglo XIX haría un sarao hoy?
-Me habría encantado estar en un sarao para bailar y hablar con el general Freire acerca de sus ideas democratizadoras, con José Miguel Carrera, que era un seductor lleno de chispa e inteligencia, con Bernardo O'Higgins para que me contara hasta qué punto fue dramático para él el rechazo de su padre, con don Andrés Bello para hablar de plantas y de filosofía, con Francisco Bilbao para que me dijera dónde están, en su vida, las raíces de ese ensayo formidable que escribió sobre la sociabilidad chilena. Y también el presidente Balmaceda.
Elizabeth subercaseaux es periodista y escritora e investigó profundamente el siglo XIX chileno.
3 preguntas
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En su novela "La patria de cristal" (Editorial Catalonia), la periodista y escritora Elizabeth Subercaseaux se sumerge en una ficción donde desfilan las figuras del siglo que inaugura el regreso de O'Higgins a Chile desde Europa en 1802 y culmina con el suicidio del presidente José Manuel Balmaceda, en 1891.
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