Ataque cerebrovascular, la importancia de prevenir
GRAVE INCIDENCIA. Cada año se diagnostican en Chile unos 28 mil nuevos casos de esta enfermedad. Un tercio de los afectados fallece y otro tercio queda severamente discapacitado.
Las enfermedades cardiovasculares son las patologías que más muertes causan en el mundo. En efecto, según la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen debido a ellas unos 16 millones de personas en todo el planeta.
En Chile también figuran en primer lugar, siendo el ataque cerebrovascular (ACV) el principal en cuanto a morbilidad. Su impacto aumentará por el envejecimiento de nuestra población
A nivel nacional, cada nuevo año son diagnosticados cerca de 28 mil nuevos casos de ACV, que equivalen a 76 por día. De ellos, un tercio culmina en el fallecimiento de los afectados, mientras que un número similar de pacientes sufre secuelas que los dejan postrados o severamente discapacitados. Un 30% de los sobrevivientes tendrá un nuevo ACV durante los cinco años siguientes a su primer evento. Los múltiples ACV son la segunda causa de demencia en el mundo occidental.
Además, de acuerdo con indicadores del Ministerio de Salud, el ataque cerebrovascular es la segunda causa de mortalidad prematura en nuestro país, con casi 3 mil defunciones anuales entre personas de 30 a 69 años de edad, y la primera causa específica de años de vida saludables perdidos por discapacidad y muerte prematura en mayores de 74 años.
Por todo lo anterior, el ACV se constituye hoy en un problema crítico de salud pública que obliga a las autoridades, especialistas y a la población en general a adoptar medidas de prevención y control tan precisas como oportunas.
Para el neurólogo Claudio Sacks Pinchevsky, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso y presidente de la Sociedad Iberoamericana de Enfermedad Cerebrovascular, el principal desafío que enfrentan los chilenos en esta materia es la necesidad de tomar mayor conciencia de las características y gravedad de este mal.
"Conocer bien los hábitos y las condiciones de salud que elevan la probabilidad de sufrir un ataque de este tipo, así como saber cuáles son sus síntomas y qué hacer en un momento agudo es fundamental para disminuir sus consecuencias. Lamentablemente, todavía no tenemos incorporado esto en nuestra cultura, como sí acontece -por ejemplo- con los síntomas de un infarto cardiaco", argumenta el médico y docente.
Desencadenantes
Un ataque cerebrovascular es, en términos simples, un evento que provoca daño al tejido cerebral producto de la interrupción brusca del flujo sanguíneo o la ruptura de algún vaso sanguíneo.
Cuando ocurre lo primero se trata de un ataque cerebral isquémico (infarto), que en Chile representa el 85% de los casos, mientras que si acontece lo segundo se está ante un ataque cerebral hemorrágico. Este último es menos frecuente, pero más letal.
Independiente de si es isquémico o hemorrágico, un ACV afecta a cualquier persona en forma brusca, con síntomas que se instalan violentamente y sin condición de edad, sexo o raza. No obstante, suele gestarse a partir de los 50 años.
La hipertensión arterial, el consumo de tabaco y de ciertas drogas (cocaína, anfetaminas), la diabetes, el colesterol alto, la obesidad y tener antecedentes de arritmia cardíaca son los factores de riesgo que más inciden en su desarrollo, por lo que hay que tenerlos en cuenta de manera especial.
Un ACV puede tener distintas causas. Su identificación permite efectuar el mejor tratamiento preventivo y así evitar su recurrencia
Ventana de tiempo
En cuanto a sus síntomas, el doctor Sacks precisa que estos varían en función del área cerebral comprometida. Entre los más frecuentes menciona la falta repentina de fuerza en un brazo, pierna y cara, dificultad para expresarse, dificultad para caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación, mareos y dolor de cabeza intenso e inusual, a veces acompañado por la pérdida de la visión en uno o en ambos ojos.
Pero hay ocasiones en que los síntomas de un ACV son de corta duración y remiten espontáneamente en horas, constituyendo las denominadas crisis isquémicas transitorias. Es importante consultar por ellas, dado que son una señal de riesgo de ocurrencia de un evento mayor. Deben estudiarse y tratarse igual que un ACV.
En tal sentido, el neurólogo de la Escuela de Medicina de la UV advierte que existe una "ventana terapéutica" de cuatro horas y media que son cruciales para reaccionar a tiempo ante la ocurrencia de un ACV isquémico, ya que ése es el tiempo límite para que el paciente sea tratado con trombolíticos, medicamentos administrados por vía endovenosa y que restablecen el flujo sanguíneo en el vaso afectado. Esto mejora el pronóstico de los pacientes afectados. Hasta las seis horas puede hacerse la extracción mecánica del trombo. Ambos tratamientos están disponibles hoy tanto en el sector público como privado en nuestra región.
Cómo prevenir
Como medidas preventivas, el doctor Sacks enumera las siguientes: practicar ejercicio físico a diario, evitar el exceso de sal, grasas saturadas y azúcar e ingerir alimentos sanos (dieta mediterránea). Es indispensable controlar el peso, la presión arterial y los niveles de glicemia, y acudir al médico para realizarse chequeos en forma periódica. Para los pacientes que ya han tenido un evento, la identificación de la causa específica permite optimizar las medidas para evitar la recurrencia.
El aneurisma
La causa principal del ataque cerebrovascular hemorrágico es el aneurisma. Este consiste en el ensanchamiento anormal de una sección de una arteria cerebral, debido a debilidades en la pared del vaso sanguíneo. La mayoría de las veces son muy pequeños y no muestran síntomas hasta que se hacen grandes, filtran sangre o se rompen, lo que tiene efectos devastadores para el paciente, cuando no mortales, por lo que requiere atención médica urgente. La mayoría de los aneurismas intracraneales ocurren entre la parte inferior del cerebro y la base del cráneo. El tratamiento de un aneurisma sin ruptura consiste en suministrar medicamentos para controlar la presión arterial y hacer procedimientos para evitar una ruptura futura.
Doctor Claudio Sacks Pinchevsky
profesor de la
Escuela de Medicina de la
Universidad de Valparaíso.