Nos acostumbramos
Nos acostumbramos a ver música en un bar o pub, tarde en la noche generalmente con gente más interesada en conversar que en lo que sucede sobre el escenario. Ocurre en las grandes ciudades y sobre todo en las más pequeñas, en donde por lo general, el concepto de la música en vivo adquiere un carácter mucho más de aderezo; como un artículo decorativo que está ahí pero que, pocas veces notamos su presencia.
Nos acostumbramos a ver música en grandes festivales con grandes escenarios llenos de luces y pantallas gigantes. Con gente moviéndose de aquí a allá, buscando su mejor "spot" para ver a su artista preferido, después de todo, de alguna manera se debe aprovechar lo pagado por la entrada.
Con Internet y YouTube, ha surgido otra forma en donde poder escuchar/descubrir/redescubrir música. Con nuestras pantallitas nos transportamos a lugares que nunca pensaríamos llegar: sesiones acústicas en calles de Londres, Brooklyn NYC, Barcelona, Santiago; a músicos tocando en el techo de un edificio, en un parque, en una cocina, en el metro, en una biblioteca, en una sala de clases, en un monumento histórico de alguna ciudad. Ya no es necesario contar con gran equipamiento para montar un concierto; tan solo basta un laptop, un micrófono y una cámara. Lo importante es otra cosa: la música. Simple y directa, certera y desnuda de artefactos.
Antofagasta, está despertando a este tipo de espacios en donde la música florece y respira.
Generaciones recientes como CIMA, La pieza chica, Indiana Label, Patio Remolino, Lagartija Records entre otros, están construyendo espacios (a falta de ellos), abriendo la ciudad al transeúnte, con festivales autogestionados (siempre falta plata y recursos) o registrando sesiones en Youtube.
Vienen a mi mente al menos 3 o 4 lugares en la ciudad que permanecen inmaculados, distantes y alejados de la gente. Espacios en donde la arquitectura sumada a una sesión de música minimalista e íntima construiría una imagen hermosa de vinculación con el habitante. ¿Se ocuparán estos lugares alguna vez?.
Carlos Montivero,
músico y gestor cultural