Entre $900 y $2.000 millones anuales pierde o deja de ganar la Municipalidad de Antofagasta por el fenómeno de los trabajadores conmutados, es decir, aquellos que trabajan en la zona, pero viven en otros puntos del país. El daño está relacionado al pago de impuestos territoriales que dejan de percibirse.
La estimación está construida sobre el estudio "Pérdida de recolección de impuestos territoriales producto de la conmutación interregional", elaborado por Dusan Paredes, director de Economía de la UCN, y Juan Páez, asistente de la investigación.
Los impuestos territoriales son requeridos en el caso de los inmuebles no agrícolas con avalúos superiores a los $22.394.368 al segundo semestre del año 2016, según datos del SII. De acuerdo al estudio de la UCN, prácticamente la totalidad de los conmutantes cancela ese impuesto en otras parte de Chile, considerando que registran ingresos anuales promedio de $10 millones.
Esa cifra se suma a lo que la región pierde con salarios y que ascendería a unos US$ 895 millones al año, considerando que este grupo llega a casi 60 mil personas, de acuerdo a la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2015 del INE.
El problema es agudo y explicado por una política laboral nefasta para nuestra Región, en tanto pierde capital y población que enriquece a la zona. Pero sería fácil y erróneo responsabilizar exclusivamente a ello de todo lo acontecido. El asunto se explica fundamentalmente por la calidad de vida que ofrecen nuestras ciudades, por la oferta de bienes públicos, tal como lo establecen los investigadores, materia en la cual existen un déficit evidente y conocido.
Si sumamos más población, en especial de altos recursos, los efectos multiplicadores sobre la economía local serían sustantivos: en el comercio, la industria, colegios, universidades, entre otros.
Por el contrario, si nuestras ciudades siguen con estándares bajo el promedio, la posibilidad de incrementar el fenómeno es alta, considerando que el sistema de turnos "7x7" hace que la cifra de conmutantes siga incrementándose. Mejorar nuestras ciudades es fundamental y debe ser prioritario para todos, para las organizaciones, líderes y personas.