Este sábado comenzará en San Petersburgo la Copa Confederaciones Rusia 2017, donde los campeones de los distintos continentes van por uno de los trofeos más importantes de la FIFA.

Pero no sólo en lo deportivo estarán centradas las miradas de los regentes del ente rector del fútbol mundial, ya que además del Estadio Krestovski, Sochi, Kazán y Moscú serán evaluados como sedes para el Mundial del próximo año.

Estos son sólo 4 de los 12 estadios que recibirán en 2018 al torneo más importante a nivel planetario, y que en ellos se han invertido cerca de 3.000 millones de dólares.

Incluso, el recinto de San Petersburgo, donde se jugará el primer inaugural y la final del certamen, es el más caro construido en la actualidad a nivel mundial.

En total se invirtieron alrededor de 1.000 millones de dólares costeados por el gobierno ruso, ya que una importante compañía petrolera desistió de aportar los recursos.

La selección chilena tendrá la oportunidad de jugar en dos de estos hermosos recintos, el primero es el Spartak Stadium de Moscú, donde se enfrentará a Camerún el debut y Australia en el cierre del grupo.

También jugará en el moderno Kazán Arena, para 45 mil espectadores, contra la poderosa selección de Alemania.

El otro estadio en observación es el de Sochi, la ciudad que recibió a los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, pero que fue refaccionado para el Mundial.

Para poder recibir los partidos de Copa Confederaciones y Copa del Mundo, las sedes deben cumplir con una serie de cargos en infraestructura, especialmente en los estadios. Por ejemplo, deben ser catalogados como cinco estrellas por la FIFA. Es decir, contener sobre 4 mil estacionamientos individuales, sector vip con todo tipo de comodidades, tres estudios de televisión e instalaciones para recibir a más de 200 periodistas de todo el mundo.

Mientras estos cuatros estadios ya están en condiciones de recibir este torneo de la FIFA. Hay sedes que presentan graves retrasos de cara al Mundial de 2018, faltando un año para la inauguración del certamen. Uno de ellos es el propio Estadio Luzhniki de Moscú, sede de la final de la máxima cita planetaria. Ya desde Rusia señalaron que el recinto recién estará listo a comienzos de 2018, algo muy similar a lo sucedido para el Mundial Brasil 2014, donde simplemente se jugó en estadios sin terminar.