Periodista, Magíster en Edu. Escritor, Académico U. A.

El protagonista de este filme es Pablo Rouviot (Benjamín Vicuña), un psicoanalista y escritor que tiene fama, una situación económica respetable, aunque se encuentra viviendo una separación de su pareja que ya alcanza un año. Un día llega a su consulta una hermosa chica, Paula Vanussi (Eugenia Suárez), quien le solicita algo que le significará replantearse su propio código moral: que sea el perito que declare a su hermano menor Javier (Nicolás Francella) "inimputable", esto es, que la justicia no pueda llevarlo a la cárcel por haber asesinado a su padre, el empresario Roberto Vanussi (Luis Machín).

A medida que avanza en la investigación de este tema empieza a obsesionarse con alcanzar la verdad, sobre todo porque se da cuenta que tiene entre manos un caso que tiene raíces profundas en donde la corrupción, el sexo y el poder de una clase social se dejan sentir fuertemente.

Junto a su amigo y colega José "el Gitano" Heredia (Pablo Rago), empiezan a tratar de entender este puzzle tan fascinante como peligroso y que pronto se les revela como una situación que se desborda y que pone en peligro, incluso, sus propias vidas y las de sus amigos más cercanos.

Pese a que todos le dicen que se detenga en sus averiguaciones, Rouviot comenzará a obsesionarse con el caso, y se da cita con los tres hermanos envueltos en este episodio sórdido: Paula, Javier y la adolescente Camila, llegando a atisbar la tremenda descomposición familiar, que tiene un escenario de secretos, abusos sexuales y una cuota no menor de perversiones sexuales.

A pesar de tener una muy buena factura técnica, con escenarios bien escogidos y un manejo del montaje funcional al relato, 'Los Padecientes' (basada en la novela de Gabriel Rolón) se estructura mejor en el guion que en la concreción de las ideas, sobre todo porque ni los protagonistas tienen el peso suficiente para convencer en sus motivaciones, como tampoco su director, Nicolás Tuozzo, posee el talento suficiente para desarrollar con mayor dominio este thriller hitchcockiano.

El realizador Tuozzo ('Próxima salida', 'Horizontal/Vertical') no logra a dotar al relato de la suficiente tensión psicológica necesaria, haciendo que la película no logre eludir una gran cantidad de excesos y vueltas de tuerca que resultan gratuitas.

Resulta importante constatar que el cine industrial argentino se ha visto proclive a adoptar fórmulas narrativas importadas, sobre todo de los filmes de tensión policial hechos en Hollywood.

Esto ha significado que aparezcan producciones como ésta, donde se evidencia el control de una fórmula pero sin tener relación mayor con la identidad del país trasandino, lo que equivale a decir que se trata de películas convencionales que siguen una receta de manera correcta pero de ninguna manera inspirada.

Y esto queda claramente demostrado en este caso, porque 'Los Padecientes' es cine de fórmula clásica: tenemos un asesinato y hay que descubrir quién lo cometió. Cada personaje que aparece en el filme puede ser culpable y cada vuelta de tuerca agrega, se supone, un nuevo misterio.

El personaje de Pablo Rouviot lo sostiene un Benjamín Vicuña que a ratos habla con acento argentino y a ratos como chileno y cuyo papel parece calcado de una novela negra, que ahora no es un detective sino un psicoanalista del más puro estilo de Freud que se va transformando en una suerte de Sherlock Holmes, buscando pistas y sacando conclusiones hasta de las pinturas que cuelgan en las paredes de la familia cuyo padre ha sido brutalmente asesinado.

Así, cada uno de los protagonistas resultan esquemáticos, y no tienen otra entidad más que cumplir la función de entregar las pistas para resolver el misterio, lo que hace que el ritmo de la película se torne tedioso, donde hay demasiado diálogo y muchas situaciones se expliquen en exceso.

La pareja Vicuña-Suárez tiene poca química en esta película que, sin exigir nada más que el cumplimiento de una fórmula, logra entretener si el espectador no aspira a nada más profundo que un caso de perversión familiar que se convierte en la obsesión de un psicoanalista con espíritu de investigador privado. Regular.

Víctor Bórquez N.