Redacción
"La minería chilena se encuentra en una encrucijada, en la que existe la posibilidad de que la industria empiece a decaer y como país perdamos la oportunidad de aprovechar su aporte al desarrollo económico y social".
Este es parte del mensaje que Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, entregó en el documento "Fundamentos y desafíos para el desarrollo minero", elaborado por el gremio.
El texto aborda los sabidos niveles alcanzados por Chile en la materia y destaca las oportunidades; sin embargo, también subraya los asuntos por resolver, los que fueron elaborados por expertos del sector, más la experiencia de las empresas socias.
Oportunidades
En el contexto futuro, Sonami subraya las ventajas existentes, las que tienen que ver con los aumentos de la población mundial, que llegará a los 9,7 mil millones en 2050.
A esto se sumará la irrupción de unos tres mil millones de habitantes a la clase media, particularmente en China e India, hacia el 2030, lo que irá acompañado de potentes procesos de urbanización.
En India, por ejemplo, este fenómeno aumentará de 33% a 55% en las siguientes tres décadas, lo que exigirá una fuerte demanda por variados commodities, entre éstos, cobre.
Otro caso es la electromovilidad. Las ventas anuales de vehículos aumentarán de 80 millones en 2015 a 120 millones en 2040, de los cuales, se estima, un 35% serán automóviles eléctricos, que registran alto consumo de cobre.
El punto es que la capacidad productora de metal rojo en el mundo no podrá satisfacer la demanda, por lo que la construcción de nuevos proyectos será fundamental, explicita el análisis.
Y para eso -advierte el gremio- hay nudos que resolver.
La cartera de inversiones para Chile elaborada por Cochilco cayó de US$112 mil millones en 2013 a US$49 mil millones en 2016. Eso es malo.
Pero lo positivo es que más del 60% de estos proyectos son posibles de desarrollar al ser competitivos, lo que permitiría que Chile llegue a producir un máximo de 10 millones de toneladas el 2030.
Y para eso -asume la Sonami- se requieren cambios sustantivos en toda la industria.
Por lo pronto, fortalecer los acuerdos sociales, lazos de confianza y la gobernabilidad, toda vez que esta etapa "es más compleja que la anterior".
Una de las propuestas fue tomada de "Alianza Valor Minero", que sugirió crear una oficina de gestión de grandes proyectos, a fin de coordinar los diferentes servicios públicos que intervienen en la evaluación y otorgamiento de permisos.
Se agrega el diseño e implementación de mecanismos de diálogo y solución de controversias y una institucionalidad minera fuerte y dotada de las capacidades para sustentar el desarrollo minero. Aquí es fundamental potenciar el Ministerio de Minería, Enami, Sernageomín, Cochilco y Codelco.
Mejoras y nuevo trato
La caída de la productividad es otro asunto abordado. Mejorar la especialización y capacidades; lo mismo que revisar las relaciones laborales, donde -se cita- es necesario pasar de "relaciones transaccionales" a relaciones con "temáticas más profundas".
Otro asunto a abordar es avanzar a una regulación más competitiva, con un aparato estatal más productivo, mientras en temas medioambientales resulta necesario "adquirir conciencia de la importancia de la flexibilidad a la hora de adaptar los estándares operacionales, dependiendo del tamaño y complejidad de los activos".
Uno de los acápites fundacionales dice relación con el "nuevo trato" que debiera existir entre el país y los inversionistas. Allí se menciona la necesidad de reglas claras, atractivas, transparentes y estables para invertir, especialmente en materias mineras, tributarias, ambientales y laborales.
Asimismo, se adelanta que la minería de los próximos 30 años empujará fuertemente la remotización y automatización de los equipos mineros, donde el "internet de las cosas" y la revolución tecnológica en la industria son centrales.
"Los perfiles de personas requeridas para la explotación minera tenderán a mutar para hacer frente a mayores requerimientos tecnológicos".
La energía también tiene su punto. La minería consume el 16.7% de todo el país y el 37% de la electricidad y esos números seguirán al alza, lo que exige agregar una capacidad de 1.100 MW de generación permanente entre 2017 y 2027.
Las propuestas son continuar en la senda de las energías renovables y evitar la sobre regulación.
Lo mismo con el agua donde se llama a simplificar la obtención de permisos para la construcción de plantas desalinizadoras, mejorar el sustento científico de la Ley de Glaciares y considerar la explotación de yacimientos de aguas fósiles, considerando el escenario de escasez hídrica existente.
"Debemos preparar las condiciones para que las inversiones se hagan en Chile y podamos aprovechar esta coyuntura cuando se presente".
Diego Hernández,, presidente de Sonami"