La Tirana en el 1900
En el año 1900, la Fiesta de La Tirana empezaba a perfilarse como una manifestación religiosa de carácter popular. En el diario La Patria, el día 24 de julio aparece la nota "Fiestas religiosas en la Tirana". "Animadas en extenso han estado este año las fiestas religiosas en el pueblecito de Tirana. A la asistencia de más de 200 peregrinos, unióse la del Vicario Capitular de Tarapacá, Monseñor Carter y sacerdotes de otras parroquias".
Describe el 16 de julio así: "Las gentes devotas de la Pampa acuden allá a visitar el templo de la Tirana y á tomar parte en la procesión de la Virgen del Carmen. Con fe sencilla y verdadero amor patrio, saludan a la invicta Patrona del Ejército de Chile". Resalta que ya en el año 1900, el símbolo de la Virgen es usado como figura del nacionalismo chileno, en busca de la consolidación de un sentimiento de chilenidad.
Según el citado diario, llama la atención la manera de visualizar el componente católico como el más religioso de la fiesta. La raíz andina es tachada de superstición. "Después de estas ceremonias, la Fiesta de la Tirana continuó revistiendo los caracteres profanos de costumbre. Los indios de las sierras vecinas bailan sus danzas y tocan sus tambores y los peregrinos buscan el medio de divertirse como mejor pueden,"
No hay que olvidar que en el 1900 el paisaje religioso de Tarapacá, estaba tensado por las disputas entre los diferentes regímenes religiosos. Así el clero católico luchaba contra la masonería. Mientras que el régimen religioso popular, como los peregrinos, por ejemplo, eran estigmatizados por la prensa y por la jerarquía de la iglesia. Lo anterior era comprensible, la modernidad iquiqueña de esos años, veía en los bailes religiosos una expresión de ignorancia que debía tener corta vida.
Lo usual, sucede siempre. Las manifestaciones populares tienen la vitalidad y la capacidad de recrearse en el tiempo. De los 200 peregrinos del 1900 hoy asisten cerca de 200.000 visitantes, que ayudan a demostrar la vigencia de una fe, que acuden a buscar la protección de "La Chinita".
Bernardo Guerrero