Son los que, en lenguaje coloquial, conocemos como juez y parte, es decir, aquellos que toman decisiones que les afectan a ellos mismos, pero lo disfrazan con apelaciones a los altos intereses de la patria o, más modestamente, a su interés cívico por optimizar las ruedas, teóricamente, impersonales de la sociedad.
Existen en todos los grados y en todas las instituciones, normalmente se pasean con aires republicanos con una calculadora en el bolsillo y otros deambulan por los cafés céntricos con expresiones ciudadanas pletóricas de amor, de amor a sí mismos, pues están convencidos de que sin ellos las cosas no funcionarían como corresponde.
Dan gracias de que las instituciones cuenten con ellos porque eso garantiza estabilidad y eficiencia son los tipo" gourmet" aficionados a las cocinas y otras artes que normalmente terminan vulnerando la voluntad popular a partir de su mejor entender y saber.
Otros sienten que los destinos de la patria, que a duras penas logran definir, dependen de su criterio y entonces toman decisiones que no los afecten a ellos para garantizar su permanencia en las altas esferas de la institucionalidad.
Todos éstos se confabularon para dar estabilidad al país y rescatarlo de los riesgos de la descentralización, entre todos, grados más grados menos, siguen oponiéndose a la marcha de la historia e impidiendo que los de a pie puedan tomar decisiones tan complejas como votar por un gobernador regional que pueda vulnerar el status quo del insoportable centralismo. De seguir así volveremos a las 25 provincias, cada día retrocedemos más y la nueva región de Ñuble lo confirma, sin que jamás votemos por nuestros gobernadores.
Como guinda de esta torta algunos de nuestros propios incumbentes; sí, nuestros consejeros regionales, también optan por no acercar la fecha de elecciones porque vulneraría el periodo de sus cuatro años para los cuales, por un gran caudal de votos, fueron elegidos, dando cuenta así de su gran espíritu regionalista que es capaz de anteponer intereses personales por sobre los de la región.
Muchos vivimos en la creencia de que son los grandes poderes los que marcan la marcha de la historia, pero parece ser que acciones más pedestres son las que, como guardagujas, definen su cauce.
César Trabucco
Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta