Diseñan una terapia para revertir el envejecimiento de las células
GENÉTICA. Científicos dedicados a la investigación de la progeria, trastorno del ADN que hace envejecer a los niños, modificaron sus códigos.
El envejecimiento son los campanazos de lo inevitable: pese a todos los esfuerzos, no se puede detener. Pese a los avances cosméticos y médicos, la edad a nivel celular es casi imposible de ocultar. Sin embargo, para ayudar a niños con progeria -trastorno genético que degrada el cuerpo a una velocidad superior a la media -investigadores del Hospital Metodista de Houston desarrollaron tecnología capaz de rejuvenecer células humanas, publicó el Journal of the American College of Cardiology.
"Estos niños están muriendo de ataques cardíacos y accidente cerebrovasculares a los 13, 14, 15 años", señaló el jefe de ciencias cardiovasculares del centro médico, John P. Cooke. "Las terapias actuales, en promedio, sólo agregan uno dos años a la vida de los niños. Queríamos hacer algo que mejorara su calidad de vida y potencialmente les permitiera vivir más tiempo, así que nos dedicamos a estudiar sus células y ver si podríamos mejorar la función celular".
Telómeros
Cooke y su equipo se centraron en los telómeros -"brazos" de los cromosomas -, que son los cronometradores de las células. A medida que el cuerpo envejece, el telómero se acorta.
Los académicos vieron que los telómeros eran más cortos en niños con progeria, por lo que se abocaron a la tarea de restaurar su longitud.
"Todos tenemos erosión de telómeros con el tiempo, y muchas de las cosas que les ocurren a estos niños a un ritmo acelerado, ocurren en todos nosotros", dijo Cooke. "Lo que hemos demostrado es que cuando invertimos el proceso de acortamiento del telómero en las células de estos niños y los alargamos, puede revertir muchos de los problemas asociados con el envejecimiento".
Los investigadores utilizaron el ARN, molécula que contribuye al desarrollo del ADN. Con esto, obtuvieron células para producir telomerasa, proteína que puede extender y alargar el telómero.
Tener esa proteína expresada en una célula durante unos días, fue suficiente para tener un efecto fisiológicamente relevante y significativo sobre la vida útil y la función de las células.
"Lo más inesperado de nuestro trabajo fue el efecto dramático que la extensión de telómeros tuvo en las células", dijo Cooke. "No esperábamos ver un efecto tan dramático en la capacidad de las células de proliferar, podrían funcionar y dividirse más normalmente, y les dábamos vida extra, así como una mejor función".
Enfermedades
El investigador quiere ver este enfoque convertido en algo útil, porque "como médico, muchas de las enfermedades que veo se deben al envejecimiento, es un importante factor de riesgo para enfermedades cardíacas y vasculares", indicó Cooke. "Aproximadamente un tercio de las personas en este país (Estados Unidos) sucumben a los derrames cerebrales y los ataques al corazón, de modo que si podemos solucionarlo, curaremos muchas enfermedades".
Infancia
El trabajo de Cooke es diferente de lo que otros están haciendo en el campo de la progeria, porque la mayoría de los equipos médicos se centra en la mutación genética que la provoca, mientras que el equipo del hospital de Houston optó por concentrarse en el desarrollo de un método químico-natural para extender una parte del ADN.
"Cuando ves a estos niños, son como todos los niños, quieren jugar, quieren soñar, quieren crecer y ser algo genial", señaló el especialista a cargo de la investigación, "pero ellos no pueden hacer eso, no tienen la oportunidad, eso es la razón suficiente para seguir este enfoque".
Cooke afirmó que el envejecimiento no es irreversible, es algo en que su trabajo puede tener un efecto beneficioso: "Por lo menos podemos detener o ralentizar el envejecimiento acelerado, y eso es lo que estamos trabajando".
"Nuestros próximos pasos son comenzar a mover esta terapia hacia el uso clínico. Pretendemos hacerlo mediante la mejora de las terapias de células existentes. Quiero desarrollar una terapia para estos niños. Es una necesidad insatisfecha", afirmó el profesional estadounidense.
La progeria en la ficción
La película "Jack" (1995), dirigida por Francis Ford Coppola, cuenta la vida de un niño con una trastorno genético similar a la progeria, Jack (interpretado por Robin Williams), quien tiene el cuerpo de un hombre de 40 años y sufre el drama de tratar de adaptarse a jóvenes de su edad pese a su aspecto. Una narrativa a la inversa es "El extraño caso de Benjamin Button", cuento de Scott Fitzgerald, que inspiró la cinta de 2008, donde un hombre nace siendo anciano y va rejuveneciendo.
HBO estrenó el documental "La vida según Sam", que narra la vida de Sam Burns, un adolescente con progeria fallecido en 2017. 2013
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