La existencia de un remanente de recursos en las arcas del municipio, permitiría a la casa consistorial volver a licitar las obras del Parque Gran Avenida, luego que la empresa a cargo del proyecto terminara anticipadamente el contrato aduciendo incumplimientos del mandante.

Así lo confirmaron ayer desde la Municipalidad de Antofagasta, asegurando que están agilizando al máximo las gestiones y procesos administrativos para cerrar definitivamente el contrato con Ecomar (constructora que se adjudicó originalmente el proyecto).

Además -aseguraron- en este caso hay presentaciones tanto en Contraloría Regional como en tribunales, por lo que paralelamente se deberían despejar esos escenarios para iniciar el nuevo concurso.

El proyecto Gran Avenida es uno de las iniciativas emblemáticas de esta administración y tiene una inversión de más de $3 mil millones que fueron aportados por el FNDR.

Además fueron invertidos otros $5 mil millones que obtenidos a través del Programa de Inversión de Desarrollo de Ciudades de la Subdere.

Obras

Según informó ayer este Diario, el 11 de agosto Ecomar decidió poner un término anticipado al contrato con la Municipalidad de Antofagasta.

A través de una carta enviada a la alcaldesa Karen Rojo, la empresa explica que la decisión fue tomada por la no cancelación de los pagos 10 y 11, ya que el 9 -que correspondía a mayo de 2017- fue cancelado el 1 de agosto.

A lo anterior -dice la misiva- se agrega la "falta de definición de la municipalidad", ya que el ayuntamiento habría solicitado mayores obras, las cuales no habrían estado especificadas en la licitación.

Según Ecomar, casa consistorial habría pedido aumentar el espesor del pavimento, de 10 a 20 centímetros, elevando los costos del proyecto.

Respecto de esta situación, la concejal Doris Navarro, aseguró que en la sesión de mañana del Concejo Municipal pedirán un informe de la situación.

"Ya pasó con la empresa de alumbrado público, que quebró porque no le pagaban en los tiempos que corresponde y el asunto es que el municipio es deudor solidario con los trabajadores que quedan indefensos", sostuvo la edil.

millones aportó el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para la materialización de este proyecto. $3.000

Eugenio Sugg Gálvez

Los jóvenes entre los 25 y 29 años son el grupo etario más afectado por la alta tasa de desempleo.

De acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 22,1% de los desocupados en la región de Antofagasta pertenece a ese segmento, la mayoría son cesantes -tuvieron un trabajo, pero lo perdieron- y poseen educación técnica o universitaria.

En efecto, el último informe de empleo entregado por el INE -correspondiente al trimestre abril-junio 2017- situó en 26.990 los desocupados en la región, de éstos, 5.980 personas están en el rango de edad entre los 25 y 29 años.

El grupo que le sigue es el de los 20 y 24 años (3.910 desocupados) y el segmento entre los 30 y 34 años (3.830).

En un espectro más amplio, las cifras indican que los más jóvenes (15-29 años) representan el grupo con mayor peso en las cifras de desempleo (41,6% del desempleo total). Hecho que, según el análisis del Observatorio Laboral de Antofagasta, ha sido constante a lo largo del último año.

Asimismo, los datos indican que gran parte de estos desocupados jóvenes son cesantes procedentes de la minería o actividad industrial, mientras que hay otro grupo que se ha incorporado por primera vez al mercado de trabajo, buscando empleo de forma activa.

Y un dato que es aún más preocupante es que estos jóvenes tienden a presentar un mayor tiempo en el desempleo (10,6 meses) respecto del promedio de desempleados en la región (9,4 meses).

Discriminación

En resumen, lo descrito muestra que los jóvenes de la región se encuentran en peor situación en comparación al resto de grupos etarios, siendo afectados con mayor facilidad por el desempleo.

El académico de la facultad de Economía de la Universidad Católica del Norte (UCN), Manuel Pérez, advirtió que esta situación "puede revelar un grado de discriminación hacia este colectivo en el mercado de trabajo".

Algo que -según él- es común en el resto de economías internacionales y se explica principalmente por la baja experiencia o en algunos casos, formación. Especialmente en aquellos que abandonan sus estudios de forma prematura.

"Este hecho también se manifiesta a través del dato de permanencia en el desempleo para este segundo trimestre de 2017, donde los más jóvenes de la región se encuentran en promedio 10,6 meses en situación de desempleo, mientras que el tiempo promedio de permanencia es de 9,4 meses", dijo.

Por otra parte, Pérez destacó que el impacto negativo de la minería y la industria en el empleo durante la fase de bajo crecimiento económico fue el detonante para que un gran número de jóvenes haya perdido su empleo, aunque también hay una parte importante que busca empleo por primera vez.

"En este sentido, el grado de especialización en las ocupaciones demandadas en estos sectores, teniendo que una parte muy importante de los jóvenes cesantes provienen de ocupaciones como oficiales, operarios y artesanos de artes mecánicas y de otros oficios, dificulta su empleabilidad y, por tanto, su reinserción en el mercado de trabajo", advirtió.

Injuv

Al respecto, el director regional del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), Víctor Santoro, reconoció que las cifras no son alentadoras.

"Los datos de desocupación nunca van a ser positivos. En nuestra región hay una necesidad latente de capacitación, sobre todo en las comunas más pequeñas donde la mayoría de los jóvenes sólo tienen enseñanza media completa, y es por eso que este gobierno está empeñado en una Reforma Educacional que va a fomentar los centros de educación técnica y dará más oportunidades en términos de gratuidad", aseguró.

Santoro reconoció que el impacto de la baja minera también afectó a otros sectores encadenados a ésta.

Finalmente, Pérez coincidió en que el tipo de formación que posee el segmento más afectado se encuentra mayoritariamente en el nivel secundario (educación secundaria) o terciario (nivel técnico o superior).

Y advirtió que este hecho es preocupante "porque los jóvenes tienden a presentar una menor aversión a la movilidad laboral, por lo cual, especialmente para aquellos más formados, puede que se generen incentivos para marcharse de la región o el país, lo cual repercutiría de forma negativa sobre la capacidad de crecimiento a futuro de la región".

"Puede que se generen incentivos para marcharse de la región, lo cual repercutiría de forma negativa sobre la capacidad de crecimiento futuro".

Manuel Pérez, Fac. de Economía UCN"

personas están desocupadas en la Región de Antofagasta de acuerdo a la última medición del INE. 26.990