El PIB crece apenas 0,5% en el primer semestre, el más bajo desde el 2009
RESULTADO. Los magros resultados en minería, construcción y servicios empresariales no lograron ser compensados por las alzas en servicios personales y el comercio. El mercado estima que un cambio de Gobierno mejorará las expectativas.
El Producto Interno Bruto (PIB) se incrementó 0,9% en el segundo trimestre de este año, impulsado por el repunte del gasto y consumo, pero definió un crecimiento semestral de 0,5 puntos porcentuales, el peor desde los primeros seis meses de 2009, cuando arreciaban los efectos de la crisis financiera internacional.
El PIB entre abril y junio, difundido por el Banco Central, estuvo marcado por el avance de servicios personales (2,8%) y el comercio (3,4%), pero contrarrestado por el negativo aporte de construcción (-3,7%), minería (-3%) y servicios empresariales (-2%).
La minería, afectada fuertemente por la caída de la producción del cobre, del que Chile es el principal productor mundial, había caído en el primer trimestre del año en 13,8%, debido a la huelga de 44 días en Escondida, la mayor mina de cobre del mundo.
La demanda al alza
La demanda interna creció 3,9%, empujada por el gasto exhibido por los hogares (2,6%) y del Gobierno (2,7%), pero contrarrestada por la caída en la inversión del 4,1% y de las exportaciones del 3,5%, producto de menores envíos de bienes, principalmente mineros e industriales, mientras que las importaciones crecieron 7% lideradas por la internación de bienes industriales.
Alza desestacionalizada
El PIB desestacionalizado subió 0,7% entre abril y junio. El Banco Central destacó que el segundo trimestre contó con tres días laborales menos que en el mismo periodo del año pasado, lo que equivale a un incidencia negativa de 0,4 puntos porcentuales en el PIB.
Los resultados confirman el bajo dinamismo de la economía, en la misma jornada en que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que nueve de las 14 regiones que abarca el Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer) se contrajeron durante el segundo trimestre. Tarapacá (-7,4%), Maule (-5,1%) y Coquimbo (-4,3%) fueron las zonas cuya actividad más decreció.
La crisis de 2009
Con las cifras trimestrales, la expansión de la economía en el primer semestre fue de 0,5%, uno de los desempeños más bajos desde la crisis financiera internacional del 2009, debido especialmente a los efectos que dejó una extensa huelga en la mina de cobre Escondida, el mayor yacimiento del mundo.
"Los indicadores (...) dieron cuenta de una economía débil que en nuestra visión comenzaría a mostrar mejores registros de crecimiento a partir del segundo semestre", dijo un informe de la corredora Bice Inversiones.
Lentitud del gasto
El economista Benjamín Sierra, de Scotiabank, puso el énfasis en la lentitud en el ritmo del gasto. "El consumo privado tuvo su mayor crecimiento desde principios de 2016, pero se mantiene la tónica de un ritmo muy bajo (no ha alcanzado al 3% en 3 años), dominado por bienes durables y con una expansión mínima en bienes corrientes (su aumento no han llegado ni a 2,5% en más de 2 años)", afirmó.
Otro punto de relevancia lo puso BTG Pactual, que reseñó que "el consumo privado ha evolucionado en línea con el ingreso real del trabajo, dejando atrás los temores de que podría mostrar una desaceleración como resultado de la disminución de la calidad de los nuevos puestos de trabajo".
Incertidumbre política
Para el economista de BCI Estudios, Antonio Moncado, la resolución de la carrera presidencial este año debiera verse reflejada en una expectativa de mejora en la economía, debido a que el mercado ha internalizado un cambio en este sentido.
"A partir de este nuevo ciclo podemos ver una recuperación en la expectativa económica que termine motivando un crecimiento algo mejor. La tónica va a ser una recuperación gradual y no vemos para 2018 un cambio demasiado sustancial en las condiciones de actividad. De hecho, la velocidad de crecimiento hacia los próximos trimestres no debiera cambiar demasiado, sino que mejorar de forma paulatina", comentó Moncado.
En un año electoral, el Gobierno volvió a revisar a la baja, en julio, las previsiones de crecimiento para 2017, reduciéndolo a 1,5%, aún más bajo que el 1,6% del 2016, la tasa más baja en siete años.