Seguridad pública y ciudadana
Hoy cuando la Policía de Investigaciones se consolida como un servicio público eficiente, transparente y garante de investigaciones con alto estándar, se nos hace necesario reflexionar respecto a cómo hemos alcanzado este nivel de aprobación ciudadana.
El enfoque territorial que hemos aplicado a través de modelos investigativos sustentados en el análisis criminal y la inteligencia policial, nos han permitido dar respuesta eficaz a los fenómenos delictuales que se manifiestan y evolucionan a diario en nuestro país. El plan "Microtráfico cero", el modelo de intervención que busca desincentivar y prevenir la comercialización de especies adquiridas en forma ilegal en mercados formales e informales, el cibercrimen son algunos de estos ejemplos.
En la actualidad el centro de análisis criminal, se constituye en "gran cerebro" del trabajo investigativo, entregando una visión continua del combate a la delincuencia, desde los delitos más comunes hasta los más complejos.
Del análisis de procesos tales como reformas policiales, introducción de estrategias, la modernización del Estado y el diseño e instalación de políticas públicas para la seguridad ciudadana, se identifican elementos comunes en el ámbito de la relación de la policía con la comunidad. La "relación policía-comunidad" nos remite a las funciones sociales de la policía y a cómo es capaz de construir corresponsabilidad con aliados estratégicos de la sociedad. En la práctica, este es un campo de actuación fundamental para la seguridad ciudadana.
La relación entre la policía y la gente no es más ni menos que el punto de partida y el centro de una reflexión y debate en torno a los nuevos paradigmas de la función policial y de la modernización de la organización policial en nuestras sociedades latinoamericanas.
En la práctica, la preocupación se ha centrado en la introducción o construcción de nuevas estrategias, entre la policía y la comunidad, organizada para enfrentar el delito asociado a la inseguridad. En este proceso, la cultura policial, las recientes tendencias y orientaciones tanto en el país como en el ámbito internacional, así como el control democrático a través de una revisión civil externa, son aspectos sustantivos.
A nuestro entender la "relación policía-comunidad" es una expresión que recoge esta faceta y que ayuda a dialogar sobre los roles de la policía en la sociedad y de la sociedad ante sus policías frente a objetivos y propósitos compartidos.
Las sociedades cambian y así también sus policías. Los cambios en el contexto socio-político de la mayoría de los países contribuyen a que la década del noventa concluya con una discusión sobre las transformaciones necesarias en el accionar de nuestras policías en Latinoamérica. Por su parte, en la mayoría de las instituciones policiales se ha iniciado una transición derivada de un cambio de paradigma, desde uno donde la seguridad ha tenido como principal referente el Estado y el orden público, a otro que, sin abandonar los anteriores referentes, también pone énfasis en la persona y la misión pública de la función policial.
Nuestro plan de modernización involucra tanto el perfeccionamiento de sus capacidades, en función de una mayor eficiencia y eficacia, como también una especial mirada sobre la forma en que ésta se desenvuelve. En esencia, se trata de una actuación orientada por la convicción de que es "más productivo" la alianza entre la policía y la comunidad, para abordar un problema cuya solución no radica en la actuación exclusiva de la propia organización policial. Esto pone en el centro del debate, entonces, las modalidades y la calidad de esta interacción, las prácticas policiales y las razones para promover cambios en esta faceta de la labor, y que debe asumirse como parte fundamental de la gestión.
Una de las áreas de servicio en la cual nos hemos enfocado es la contribución a la seguridad pública y ciudadana, a través de la investigación profesional de los delitos más complejos. En cuanto a la relación con la comunidad y la investigación de los delitos, ya que a partir de la evidencia de los últimos años, ha demostrado nuestra institución una gran capacidad de aprendizaje que la sitúa como una Institución respetada y valorada, un activo a nivel nacional.
Nuestros funcionarios tienen una larga experiencia de trato con el público acumulada en su carrera profesional; esta experiencia personal -que se transmite a los policías más jóvenes- es muy valiosa. De tal manera, alguien podría afirmar que los policías no necesitan más que las dos fuentes anteriores para lograr un buen desempeño: los procedimientos establecidos por ley y su experiencia de trabajo. Sin embargo, no es toda la realidad del trabajo policial en la actualidad.
Puede afirmarse, entonces, que el conocimiento de las normas y la experiencia de los policías en la relación con la comunidad son muy valiosos, pero no bastan. Hoy en día, existe un nuevo vocabulario y numerosas estrategias nuevas para relacionarse con la comunidad. Para muchos los ciudadanos ya no son solamente individuos que deben limitarse a denunciar a la policía cuando enfrentan problemas y luego acatar sus decisiones; los ciudadanos son personas y organizaciones con las cuales la policía debe trabajar de manera conjunta.
Nuestros funcionarios desempeñan responsablemente la labor policial y surgen sobre esta dinámica el nexo de confianza necesario que nos permite obtener los buenos resultados en las investigaciones.
La comunidad debe estar tranquila ya que nuestra institución cuenta con una amplia gama de profesionales quienes se encuentran dispuestos atender sus necesidades, además de ser expertos investigadores son, médicos veterinarios, psicólogos, ingenieros, educadores, abogados, biólogos, etc, lo que la hace ciertamente capacitada para enfrentar la problemática de los más complejos delitos, contando con herramientas necesarias y apropiadas para realizar el mejor trabajo investigativo que posesiona a la Policía de Investigaciones como un referente en el ámbito investigativo a nivel regional.
Prefecto inspector, jefe regional PDI
Sergio Muñoz Yáñez