Región tiene la más baja vacunación nacional contra el Papiloma
SALUD. Rechazo de padres complica inoculación a niñas, que tiene por objetivo prevenir el cáncer cérvico uterino. Seremi pide responsabilidad.
"Vi un video en YouTube y ahí mostraron las consecuencias colaterales de la vacuna". Esta es la excusa que da una de las apoderadas de un colegio de Antofagasta para rechazar que su hija de cuarto básico reciba en forma gratuita la dosis contra el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Una situación que se repite desde hace tres años en la región y que la sitúa con la más baja cobertura de vacunación a nivel nacional para las niñas de cuarto, quinto, séptimo y octavo básico de establecimientos públicos, subvencionados y privados, cuyas edades fluctúan entre los 9 y 13 años.
El VPH es una enfermedad de transmisión sexual que afecta a la población femenina entre los 35 y 55 años, y que es causante del cáncer cérvico uterino. Las estadísticas son lapidarias: 600 mujeres mueren cada año en el país por esta patología.
Según las cifras del Ministerio de Educación de 2016, la región anota en todos los cursos mencionados los indicadores más bajos a nivel nacional. En octavo básico, la cobertura llegó a sólo el 53%, muy lejos de las cifras de la Sexta Región, que alcanzó los índices más altos con un promedio de 83%. La diferencia es que este año la campaña sólo se aplica en cuarto y quinto básico.
Para revertir estos bajos resultados, el Ministerio de Salud tiene como meta vacunar a 9.090 niñas en toda la región durante este año y desarrollar una fuerte campaña informativa en los establecimientos educativos. La idea es que las comunidades escolares también asuman un rol protagónico desde el ámbito de la información con los apoderados.
Mitos y verdades
¿Pero por qué sucede esto en la región? ¿Cuáles son las causas de esta baja tasa de inoculación? Las campañas antivacunas en redes sociales, el desconocimiento y la errada creencia de un inicio prematuro en las relaciones sexuales de las niñas, son los factores que atentan contra esta política de salud pública.
El jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Regional, doctor Antonio Cárdenas, coincide con los dos primeros puntos y agrega un tercero: el rechazo de las propias escolares. Todo ello, explica, configura un panorama preocupante al ocupar el último lugar en las cuatro categorías del informe.
Ante este complejo escenario, el facultativo fue más allá y señala que debido a sus consecuencias como tema de salud pública, esta inoculación debiera ser obligatoria y sin pedir el consentimiento de los padres, tal como ocurre con otras vacunas.
"Esto es grave, estamos hablando de cáncer que amenaza la calidad de vida de las mujeres jóvenes (…) la gente que no permite que se ponga la vacuna es irresponsable, es más, deberían ser derivadas a los tribunales de justicia", dice en forma tajante.
Para la seremi de Salud, Lila Vergara, el tema es preocupante, pero aclara que hay avances en la materia, sobre todo por un aumento en la cobertura de cuarto y quinto básico en comparación a otros años.
La autoridad manifiesta que desde que comenzó el proceso de la entregada de dosis en 2014, han sido vacunadas 26.905 alumnas y que la actual cobertura de tres semanas llega al 14,5%, cifra que está bajo la media nacional, aunque a escaso margen del promedio nacional de 20.6%.
Lila Vergara reitera que esta vacuna hasta hace algunos años sólo podía ser adquirida en forma particular. En 2014, el Gobierno democratizó este beneficio a toda la población femenina, con la clara intención que no estuviera reservado a sólo quienes pudieran pagar por las dosis.
Padres
Sin embargo, está consciente del problema de fondo en la región y apeló a la responsabilidad de los padres para vacunar a sus hijas, sobre todo cuando el proceso es absolutamente gratuito. El costo en el mercado de la vacuna supera los $100 mil.
La seremi también culpó a las redes sociales de esta campaña antivacunas. "Informarse es un deber para proteger a sus hijos. Es una obligación de los padres, tanto desde el aspecto moral como legal", asegura.
Otra mirada tiene el presidente del Colegio Médico de Antofagasta, el ginecoobstetra Aliro Bolados, quien dice que aquí falló la estrategia para prevenir el cáncer cérvico uterino y que ello tiene un impacto en la desinformación.
Es más, llama a formar una mesa intersectorial para abordar estos inquietantes indicadores, teniendo presentes al sector salud, educación y especialistas, para así entregar una mejor información a los padres.
El médico advierte el negativo impacto de informaciones falsas aparecidas en internet, por lo que aseguró que es urgente una eficiente campaña de promoción.
Un punto preocupante que evidencian las cifras de Educación es la tasa de rechazo en los procedimientos en Antofagasta. En el caso de octavo básico llegó a 16%, que es el más alto a nivel país, lo que deja en claro la tendencia de desistimientos entre los apoderados.
Así, con opiniones a favor y en contra de los apoderados, el proceso de vacunación continúa por estos días en Antofagasta, en un debate que promete sacar nuevas reacciones.