"Pensar en el error"
comentarista
deportivo
Son innumerables las ocasiones en que hemos visto cometer errores de ejecución a deportistas consagrados en momentos cruciales. Un penal en los últimos minutos en donde está en juego un título, un tiro libre en baloncesto que si lo metes eres campeón. ¡Pero no! Han fallado y la decepción se apodera no solo del jugador, sino también de los miles de hinchas que estaban a punto de celebrar.
Lo comentado es un ejemplo clásico del error clamoroso por que el deportista piensa en las consecuencias. Nadie discute que es una situación difícil. Pero hay que echarle imaginación e intentar ensayar en los entrenamientos situaciones similares, quedando claro que son entrenables. La presión a la que están sometidos los jugadores también se puede reproducir mediante técnicas de acondicionamiento o amenazas.
A través de la megafonía reproducimos una presión ambiental similar a la de los partidos. El entrenador ayuda al jugador a identificar las técnicas de concentración adecuadas y practicarlas en simulaciones o partidos amistosos hasta consolidarlo como recurso en el que confiar cuando la situación sea realmente complicada. Es en ese momento que el jugador debería hacer exactamente lo mismo que en los entrenamientos.
Cuando el jugador, por ser una ocasión especial, cambia sus rutinas y piensa en lo que hay en juego (y por lo tanto piensa en las consecuencias del fallo) en lugar de estar concentrado solo en como lanzar el penal o tiro libre, las opciones de fallar se multiplican. Finalmente a la hora de escoger el responsable de lanzar ese penal el entrenador debería considerar no solo quien lanza bien, sino que jugador es capaz en ese momento de buscar el éxito, que piense en marcar y no pensar en la posibilidad de fallo.
Creemos que es una tarea del entrenador en su largo camino de crecimiento personal, adquirir conocimientos de sicología deportiva y ayude al deportista a superar estos retos personales. Los términos tales como "concentración externa e interna, amplia o estrecha" deben resultar familiares para un coach.
Alberto
Pescio