El premio Nobel de la Paz reconoció ayer el trabajo de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), por informar a la población civil sobre las "consecuencias catastróficas" del uso de estos arsenales, además de abogar por un acuerdo para prohibirlos.
La ICAN -fundada en 2007 y con sede en Ginebra, Suiza-reúne a 468 organizaciones no gubernamentales (ONG) en todo el mundo. En 2015 inició una cruzada global para lograr un tratado contra la ejecución de ataques nucleares.
Negociaciones
El primer tratado mundial de prohibición propuesto por la ICAN se firmó en julio de este año, apoyado por 122 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) -entre ellos, Chile -, pero no por las potencias nucleares ni sus aliados.
A falta de un acuerdo vinculante con tanto apoyo como los alcanzados con las armas químicas o las bombas de racimo, la ICAN ha contribuido a llenar este vacío legal.
"Por eso el Nobel de la Paz de este año es también una llamada a esos Estados a iniciar negociaciones serias con vistas a una eliminación gradual, equilibrada y cuidadosamente monitorizada de las casi 15 mil armas nucleares que hay en el mundo", señaló el Comité Nobel Noruego. El premio de la Paz es el único que se otorga fuera de Suecia.
Potencias nucleares
El Comité también recordó que cinco de los Estados que tienen armas nucleares -Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia y China -ya se comprometieron con este objetivo al firmar el Tratado de No Proliferación de 1970, principal instrumento legal internacional para promover el desarme.
Las armas nucleares son una "amenaza constante" para la humanidad y la vida en la Tierra, destacó el veredicto, junto con señalar que el riesgo de que sean utilizadas "no ha sido tan alto en mucho tiempo", aludiendo a los programas de modernización de arsenales de varias naciones y a los intentos de otras para acceder a esta tecnología.
"base sólida"
La elección de la ICAN tuvo una "base sólida" al escogerla como ganadora, sostuvo el comité, ya que concuerda con los criterios fijados por el creador del reconocimiento, el magnate sueco Alfred Nobel, quien quiso reconocer con el premio de la Paz a quienes contribuyeran "al hermanamiento de los pueblos y a la eliminación o reducción de armamento".
"mensaje muy fuerte"
La directora ejecutiva de la ICAN, Beatriz Fihn, dijo al enterarse del galardón que "es inaceptable que aún haya países que tengan y que amenacen con usar las armas nucleares. El premio, además de un gran honor, es un mensaje muy fuerte a los Estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares".
"Estamos en un momento crucial, el riesgo de guerra nuclear está otra vez en la agenda, con la posibilidad de asesinar a civiles (...), con amenazas por parte de Estados Unidos y de Corea del Norte. Esto debe acabar, y el premio respalda esa posición", agregó Fihn.
Preocupación
Consultada por la actitud del Presidente Donald Trump en cuanto al uso de este arenal, Fihn señaló "nadie se siente más seguro al oír la mención nuclear. Con las armas nucleares no hay más seguridad, no tenemos un mundo más seguro, sino al revés".
"Pero lo que hay que entender es que no sólo hay que estar preocupado con Trump, sino con las armas nucleares. No hay nadie en el mundo al que se pueda confiar para tener en sus manos la capacidad de destruir el mundo", insistió la activista.
Francia pide a EE.UU. y Rusia reducir arsenal
El Gobierno de Francia declaró que el Nobel de la Paz concedido a la ICAN refleja la importancia de "la no proliferación de armas nucleares". El país galo "defiende la entrada en vigor del tratado de la prohibición completa de ensayos nucleares, la negociación de un tratado de interdicción en la producción de materias fisionables para las armas y que Estados Unidos y Rusia sigan con la reducción de sus armas nucleares".