Ciclistas completaron los mil kilómetros por la pampa
TRAVESÍA. Ernesto Peñaloza y Germán Lillo terminaron su recorrido pese a la fatiga muscular y el cansancio por las extensas rutas.
Pese al cansancio y a la fatiga muscular que significó la última recta entre San Pedro de Atacama y Calama, los antofagastinos por adopción Ernesto Peñaloza y Germán Lillo, terminaron su travesía de mil kilómetros por la pampa de la región.
Viaje que comenzó con todo el optimismo, pero que a medida que avanzaba, comenzaron a aparecer los primeros cuestionamientos respecto a sí sería posible de realizar.
"Nosotros siempre supimos que el nivel de aventura sería alto y mucho más complejo del que habíamos pensando, pero aún así, nos encontramos con rutas por mucho, mucho más difíciles de lo que habíamos previsto. Rutas que nos contaron sangre, sudor y lagrimas poder terminar y donde incluso dudamos de si podríamos hacerlo", precisó el ciclista de 48 años, Ernesto Peñaloza.
Sobre el punto, Germán Lillo manifestó que uno de los tramos más difíciles fue el de Peine-Toconao, donde pese a que la ruta parecía visualmente hablando, avanzar de bajada, la sensación sobre la bicicleta era totalmente distinta, ya que el peso de la bicicleta se multiplicó.
"Nosotros jurábamos que íbamos a comenzar a andar en bajada, eso parecía, pero nos costó mucho avanzar, las piernas no nos daban, la bicicleta parecía pesar el doble de kilos que estábamos cargando", relató.
No obstante, y pese a lo anterior, la experiencia fue mayormente positiva "el viaje siempre nos fue proponiendo nuevos desafíos y propuestas para mejorar nuestra técnica, nos costó, pero lo hicimos", dijo Peñaloza.