Durante el presente año los antofagastinos han podido maravillarse con un fenómeno que ocurre en sus cerros solo en los pocos años con lluvias: las floraciones del desierto costero.
Por ejemplo en el sector de Chanida, en el límite norte de la zona urbana, actualmente se pueden encontrar distintas especies vegetales, como la Nolana elegans, la argylia o la cristaria. Además ha proliferado la fauna en medio de esta explosión de vida. Entre las flores abundan las lagartijas, colibríes y mariposas. El fenómeno dura algunos meses y luego las semillas descansan entre la arena del desierto, en espera de las próximas lluvias que pueden llegar transcurridos varios años.
Pero las floraciones se enfrentan a graves peligros, la mayoría de ellos, sino todos, por culpa del hombre. Cambio climático, basurales clandestinos, motoristas que aplastan las plantas y visitantes que extraen flores y semillas de manera irresponsable, están afectando este fenómeno.
Además, en la región muchas de las áreas donde se producen floraciones no están protegidas por el estado. En la comuna de Antofagasta existe la reserva natural de La Chimba, pero muy deteriorada debido a que se encuentra a solo un par de kilómetros del vertedero de la ciudad.
Justamente aumentar "la superficie y las áreas protegidas" en la Región de Antofagasta es uno de los objetivos principales del "Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de la Flora Costera del Norte de Chile", que actualmente se encuentra en etapa de consulta pública.
La iniciativa en una primera instancia contó -en el diseño- con la participación de expertos, entre ellos académicos y miembros de organizaciones no gubernamentales ambientalistas.
En esta se proponen una serie de líneas de acción y objetivos. Entre ellos: manejo del ganado en el sector de Paposo (uno de los más relevantes en cuanto a flora costera), implementar un mecanismo para regular la extracción de semillas, reintroducción de especies, incorporar la flora costera en programas de educación a nivel regional y el ya mencionado aumento de las áreas de conservación.
El seremi Felipe Lerzundi explicó que "se impuso una meta ambiciosa, que en 20 años de ejecución del programa el 20% de las más de 90 especies (de flora) señaladas en el plan mejoren su estado de conservación y el resto por lo menos mantenga su condición actual. Para ello es necesario controlar y mitigar las amenazas que afectan a la flora de esta zona, y aumentar la protección efectiva y recuperación de las especies".
Participación ciudadana
La Seremi de Medioambiente llamó a participar -hasta este martes 10 de octubre- de la etapa de consulta pública de este plan, en la que cualquier ciudadano puede revisar la propuesta generada por los expertos y agregar sus sugerencias.
El documento se encuentra en la plataforma consultasciudadanas.mma.gob.cl (en ese mismo sitio se pueden realizar las observaciones).
Según lo informado por la Seremi, "los comentarios también pueden remitirse a la Oficina de Partes de la Seremi del Medio Ambiente de Antofagasta (Carrera 1709), hasta las 13 horas del 10 de octubre".
Hasta el sábado de esta semana se habían recibido un total de 20 comentarios.
Peligros provocados por el hombre
Según el diagnóstico que realiza el "Plan de Recuperación de la Flora Costera del Norte de Chile", las zonas donde hay floraciones se encuentran sometidas a una serie de presiones y amenazas de origen natural y antrópicas (provocadas por el hombre). "Entre estas últimas, las principales están asociadas a la presencia de especies exóticas invasoras (burros, cabras, especies de flora adventicia), la extracción de flora y vegetación para diversos usos, la destrucción de cobertura vegetal por la construcción de diversas obras y caminos, entre otras".