Todos entendemos la urgencia de un sistema de transporte público de alta calidad. Pero también entendemos, que estamos en tiempos de elecciones, donde la victimización y manipulación de la información son los vicios de la mala política. En este sentido, es decepcionante la entrevista realizada el lunes 2 de octubre, al CEO del grupo francés interesado en liderar el proyecto del tranvía, desvalidando el trabajo técnico realizado por organismos públicos y justificándolo como una persecución política. Tenemos el deber de no seguir confundiendo a la ciudadanía. Hay que recordar que nunca nadie ha estado en contra de un tranvía para Antofagasta, pero lamentablemente, en la actual ciudad extensa y de baja densidad que hemos construido, a la que se suma una inexistente gobernanza, que impide integrar gestión, planificación e inversión, esta buena idea se hace estéril.
El Plan de Movilidad de Antofagasta, basado en la intermodalidad, plantea 2 ejes estructurantes de transporte público, un eje oriente por Av. Bonilla-Av. Argentina y un eje poniente por Av. Pedro Aguirre Cerda-Av. Angamos, integrados a un sistema de accesibilidad peatonal de cerro a mar y una red de ciclovías en vías secundarias estructurada por 2 Cicloparques, uno que dé continuidad al borde costero y otro que renueve la faja ferroviaria.
Como parte de este Plan, se generó el estudio del teleférico, como alternativa tecnológica para el eje oriente, con el fin de abordar la angosta y discontinua trama urbana del sector alto de la ciudad y no como alternativa excluyente de un tranvía, como se ha hecho creer. Por el contrario, con el afán de revisar la factibilidad de una alternativa de alto estándar para el eje poniente, como el tranvía, se hicieron los estudios de demanda, pero los resultados fueron rotundos, con la demanda actual, un tranvía o cualquier alternativa masiva sobre los 8.000 pasajeros hora, no es conveniente, no sólo por su alto costo, sino por su baja frecuencia, que supera los 20 minutos de espera.
Si queremos un tranvía, primero hay que construir sus cimientos, por ejemplo: un modelo de pago integrado, que permita la intermodalidad, o la creación de una empresa pública regional de transporte, que permita generar gestión financiera, gestión urbana y alta inversión en infraestructura.
Rodolfo Ugarte
Arquitecto