Carolina Collins/Agencias
Los alcances, beneficios y también peligros del desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) son preocupaciones concretas que ya están convocando a la comunidad científica a debatirlas.
Las posibilidades que se abren con la Inteligencia Artificial son inmensas, pero también son grandes las inquietudes que suscita en el plano ético. Se trata de una revolución invisible capaz de transformar tanto a la sociedad como a las personas.
De ahí que hace un año y medio se conformara una sociedad con el objetivo de velar por un uso de la AI que sea beneficioso para las personas y la sociedad. Agrupación que se reunirá por primera vez a fines de este mes.
Uno de los líderes en el desarrollo de la IA es el gigante tecnológico Microsoft, que ha tenido un papel destacado en los esfuerzos para impedir que sea mal utilizada.
Reunión en berlín
Eric Horvitz, jefe de los Laboratorios Globales de Investigación de Microsoft, entre otros cargos, es el presidente de ese grupo del que forman parte también investigadores de Amazon, Facebook, Google, Deep Mind, Apple y otras tecnológicas, además de representantes de organizaciones defensoras de los derechos civiles y especialistas de distintos campos.
En unas declaraciones en la sede de Microsoft en Estados Unidos, Horvitz adelantó que en la reunión que tendrá lugar en Berlín, se abrirá un espacio de diálogo sobre las implicaciones éticas, sociales, económicas y legales de la IA.
"Nuestro objetivo es desarrollar y compartir buenas prácticas, avanzar para lograr el entendimiento público (de la IA) e identificar potenciales beneficios para el bien común", detalló el experto.
Peligros y beneficios
Y aunque hay que considerar tanto beneficios como riesgos del desarrollo de esta tecnología, Horvitz confesó que está más "entusiasmado" por el potencial de la IA para mejorar la sociedad, que "preocupado" por los daños que podría producir un mal uso.
Pese a esto, no eludió preguntas sobre las profecías propias de la ciencia ficción acerca de un mundo dominado por las máquinas, o dispositivos rebeldes que actúen contra los humanos.
Su mayor preocupación es más bien de corto plazo y tiene relación con la posibilidad de que la optimización de los datos -el combustible de la IA- lleve el marketing y la propaganda a niveles de "manipulación personal" nunca antes vistos.
Avances en IA
Según una definición de los años 50's, la inteligencia artificial consistía en que las máquinas iban a responder a los problemas por entonces "reservados a los humanos".
Eso ya es una realidad y Microsoft cuenta con ejemplos concretos para demostrarlo, aunque advierten que el camino por recorrer es largo.
Los avances de la empresa -fundada en 1975 por Bill Gates y Paul Allen -que desde 2014 es comandada por Satya Nadella en los campos del reconocimiento de voz y facial, la precisión visual, la traducción de idiomas en tiempo real y los hologramas, han ampliado las fronteras de la IA.
Cortana, la asistente personal digital lanzada por Microsoft en 2014, cuenta con 145 millones de usuarios y ya ha recibido 18 mil millones de tareas: encargar una pizza, contar un chiste, reorganizar la agenda y recordar compromisos.
También han desarrollado la aplicación gratuita Seeing AI de Microsoft, diseñada para personas con problemas de visión. Con esta aplicación los teléfonos pueden leer el menú de un restaurante, decirle al usuario cómo es la persona que se acerca y de qué ánimo está o qué contiene una lata y cuál es el número de una puerta.
Colaboración entre máquinas y humanos
"La IA es una gran cosa. Aplicaciones que aprenden del usuario, ahí es hacia donde va el futuro", dijo el brasileño Rico Malvar, ingeniero de Microsoft Research. La firma defendió la necesidad de democratizar la IA y que la inteligencia artificial no debe reemplazar a la humana, sino colaborar. La idea que está siempre detrás de los avances en IA es cómo adaptamos la máquina a las interacciones del humano, no que éste se adapte a la máquina, subrayó Dave Forstrom, director de comunicación para IA e Investigación.
La primera definición de IA se hizo en los 50, y consistía en que máquinas respondieran a problemas reservados a los humanos. 50