Fútbol: una herramienta de cambio e integración para niños vulnerables
INICIATIVA. La escuela "Sueño Futuro" trabaja con 80 menores que viven en campamentos, en su mayoría hijos de extranjeros. El objetivo: que hagan amigos y se adapten al país.
"He visto un cambio muy positivo en mi hijo desde que comenzó a asistir a la escuela de fútbol. Ahora es más obediente y se le nota más alegre. Como todavía no sabe ubicarse bien en el tiempo, siempre me está preguntando si hoy le toca ir. Se nota que ahí aprende y la pasa bien".
De esta manera, describe Marcela Ruiz Blandon, madre colombiana que hace cuatro años llegó a la ciudad junto a su familia, la experiencia de su hijo Samuel, de ocho años, en la escuela de fútbol Sueño Futuro, institución que está trabajando con niños que habitan en los campamentos, sobre todo hijos de inmigrantes.
La idea surgió debido a la marginación que sufren estas familias, la que muchas veces priva a los menores de la oportunidad de desarrollar sus habilidades, en este caso deportivas, pero también sociales.
Es el caso de Samuel, quien llegó a Antofagasta junto a su madre buscando oportunidades y calidad de vida, y que de no mediar la iniciativa, posiblemente no tendría acceso a una escuela de fútbol.
"Me parece muy buena esta iniciativa, sobre todo por el hecho que nos integra a pesar de ser extranjeros que vivimos en un campamento", argumentó la jefa de hogar.
"Esta escuela ayuda a los niños para que cambien un poco el escenario de los campamentos. Que vengan y puedan disfrutar de otras instancias de competencia, aprendiendo a jugar fuera de ese mundo que los hace ser marginados", agregó Marcela.
objetivo
Para el coordinador deportivo de la escuela, Patricio Figueroa Palacios, el fútbol tiene el potencial de ser una herramienta de cambio para los niños. Ahí, añade, radica la mayor ventaja del proyecto.
"El objetivo es dar a estos niños y alumnos que por sus orígenes o situación económica quedan marginados, la posibilidad de alcanzar una formación integral. Para eso contamos con muy buena infraestructura y un cuerpo técnico especializado, tanto en la gimnasia como en el deporte, con profesores de educación física y expertos monitores del fútbol", precisó el instructor.
La escuela divide a los grupos según su edad: de 5 a 6 años; 7 a 9 años; 9 a 12 años; y 12 a 15 años, y cuenta con apoyo del Comité de Desarrollo Social, Aguas Antofagasta, Fundación "Sueño Puma", Minera Escondida y el Consejo Regional (Core).
Permanencia
Patricio Figueroa explicó que dado el alto número de niños que vive en campamentos, es necesario imponer ciertas normas, por ejemplo, el niño que falta a entrenamiento tres veces consecutivas, ya no podrá volver a la escuela y su cupo será otorgado a otro niño.
"Nosotros además de todo lo deportivo, estamos formando nuevos actores de la sociedad. Por ende, es preciso enseñar disciplina, el deporte la tiene. Y en ese sentido, la permanencia de los niños en la escuela dependerá netamente de su constancia y comportamiento. El niño que falta tres veces seguidas quedará liberado y ese cupo pasará a otro niño. La idea es que todos puedan acceder a esta escuela y que quienes estén, cuiden su oportunidad", sostuvo el profesor.
"Me parece una excelente iniciativa, sobre todo por el hecho que nos integra a pesar de ser extranjeros y de que vivimos en un campamento".
Marcela Ruiz, Jefa de hogar colombiana"