"SUEÑO EL SUEÑO DE TANTOS; MÁS, CANTO MI PROPIO CANTO"
ANTONIO, HOMBRE DE LA ANTOFAGASTINIDAD, os cuento que, esta noche, mientras me acompaña el Canto de Violeta Universal, las luces trazan la ruta del mágico espacio cósmico de estrellas; en contrapunto, escucho, en mí antejardín, el particular conversatorio de la gigantesca araucaria y los cactus de mi hogar. Entonces, doy vida a mis pasos, subo hacia mi Mirador Nerudiano y, desde el silencio, viajo en la ventana azul del Pacífico para sumergirme en la interioridad de mí alma.
ANTONIO, CABALLERO DEL ANCLA, allí, en la plenitud de lo que me rodea, y me habita en mi naturaleza humana y, entre misterios y laberintos tejidos por metáforas, soñé el sueño de tantos; pero, canté mi propio canto, el que ennoblece, que dignifica, que honra a las personas, en un tributo de esperanzas para el Sueño de Antofagasta, nuestra Ciudad.
HERMANO ANTONIO, POETA DEL NORTE, en el bello oficio de escribir, te recuerdo, porque en tus versos de la obra "Música de Grillos" (1959) decíais: Antofagasta, Oh, viejo puerto del norte, refugio de mi niñez, cuando, en la ausencia, te evoco, se me humedecen los ojos y el corazón.", es que, esta noche te evoco y también se humedecen mis ojos y mi corazón, por la tristeza de no hacer grande a nuestra Antofagasta, perdida en la oscuridad y alojada en trincheras de pequeña humanidad.
Más, SANTO ANTONIO DE LA BONDAD, porque Tú me enseñasteis que no debe detenernos la tristeza y, para endurecer mi piel, recordé a otro de nuestros grandes de la literatura, Hernán Rivera quien, en su "Canto al Norte" nos enseña que, todos debemos escuchar las piedras del norte, sin oír sus silencios, ni otear las distancias. Y, en consecuencia, desde hoy, escucho y entono el canto de las piedras, curiosas constructoras del entendimiento humano.
ANTONIO DE LA SABIDURÍA, retomo mi Sueño de Ciudad y; por ello, invito a todos, a escucharnos, para construir esta tierra de los mejores cielos del mundo; aunar nuestros propósitos con las comunas como amalgamas de espumas. Más, Antofagasta no prosperará sólo en minerales, astronomía, energía renovable, integración marítima y terrestre, si no se esmera en promover el desarrollo humano, para la justicia de todos.
ANTONIO, HOMBRE JUSTO, otorguemos espacios de participación para que nuestras eternas compañeras, las mujeres, puedan participar, diseñar, programar y definir políticas; reconociendo en ellas, la mágica sensibilidad femenina y protagonistas de la historia, en vuelos de libertad. Debemos entender que el tesoro más rico de nuestra tierra son nuestras gentes, como los niños y jóvenes que, tantas veces se han ignorado sus voces; otorgarles oportunidades esperanzadoras para que crezcan en el amor. Así también, generar los puentes para que los adultos mayores puedan vivir en dignidad y reconocer su capital cultural para que no vivan el sabor de la ausencia, sino tatuemos su piel, con la tinta de todas las mieles, el néctar de la alegría esperanzadora de nuevos mañanas.
ANTONIO VISIONARIO Y SOÑADOR, ayúdanos a comprometernos con una visión de grandeza, como lo soñaran otros grandes ciudadanos que legaran la huella de la cimiente nortina. Tallemos en nuestros habitantes de sol y de sal, como nuevos líderes políticos, gremiales, sociales y vecinales, con el sello de identidad regional; con una cultura propia; pero, generosa, para que, abra el horizonte de compartir las culturas y las tradiciones hermanando la sociedad.
Una educación en que sus Maestros, Sostenedores y Autoridades, desde el sonido de sus propios sueños y mi canto, renueven la Pedagogía del Amor, para que, juntos:
¡VIVAMOS LA EMOCIÓN DE CONVERSAR Y SOÑAR LA BELLEZA DE CONSTRUIR UNA GRAN CIUDAD: LA DEL SOÑADO MUNDO, JUSTO Y FELIZ!.
un santo para antofagasta