Apuntes de mi Barrio
Todo barrio tiene sus características propias, lo que contribuye a la identidad de los habitantes. Los clubes deportivos, centros de madres, bailes religiosos, canchas y plazas, el almacén de la esquina y los boliches, son espacios que contribuyen a una sociabilidad barrial y son parte del patrimonio cultural popular.
Reconstruyendo la memoria de mi barrio, la Población Oriente, recuerdo algunos lugares de no muy buena reputación, pero que hoy son parte de la memoria colectiva de los más viejos.
El Restorán "Colo Colo", en la antigua calle Arauco, hoy Monseñor Carlos Oviedo, un lugar no muy santo en la transitada avenida. El dueño del lugar era el "Negro Barraza" que, con mucha energía, ponía el orden. En la cocina estaba el "Rigo" y el garzón era el Elías, ambos muy delicados, un ramillete venido del puerto de Tocopilla o "El rincón de Diablo", como les gustaba que le llamaran al puerto salitrero. Los parroquianos habituales a este tugurio eran el "Patuto", antiguo ferroviario, siempre con su cigarrillo Liberty colgando de los labios y su eterna caña de vino blanco de cuarto enjuague en la mano. "Chon Chon Boris" era el gigoló de la época, de pantalón blanco, mocasines, camisa negra y una sirena tatuada en su brazo. De repente sacaba su peineta del bolsillo trasero y peinaba su "jopo" a la brillantina.
"La Perro Mundo", desmejorada meretriz que deambulaba entre las mesas, ofreciendo sus servicios. De vez en cuando llegaban "Cachuta" y "Cacharpa", los eternos pacos bolseros de la época, a servirse un entremés.
Mas de alguna vez me tocó presenciar una gresca, donde volaban botellas, platos y sillas, mientras el "Rigo" y el "Elías" gritaban como yeguas locas. Alguien cerraba las puertas, acción típica de los boliches de barrio, para evitar partes y clausuras. Pero todo terminaba cuando el "Negro Barraza" tiraba un par de disparos al aire: todo se tranquilizaba y proseguía la jarana, como si nada hubiese pasado, porque así eran los barrios en otros tiempos, bulliciosos, alegres, participativos y tremendamente solidarios.
Omar Villegas