En medio del calor, de los cierres de colegios y universidades, de balances en la oficina y de la víspera de Año Nuevo, se instala otra festividad: la tan esperada Navidad, y con ella la compra -a veces frenética- de regalos para todos nuestros seres queridos.

Una celebración cuyo objetivo es recordar el nacimiento de Jesús, y que debería caracterizarse por su espíritu de unión, pero que para muchos se transforma en un "estrés más", una situación muy diferente a la que se vive en países del hemisferio norte como Estados Unidos, en donde la Navidad se vive como un sinónimo de descanso y vacaciones.

Laura Hurtado es chilena y vivió un año en Stanford y otro año en San Francisco, en 2009 y 2010 respectivamente, y asegura que disfrutó la Navidad "de una manera muy distinta" estando en EE.UU. a cómo la reciben los chilenos.

Según Laura, esta celebración se vive muy diferente en el país norteamericano, ya que la Navidad "llega a iluminar el invierno con sus luces y adornos", en cambio en países latinos se vive "estresado" por distintos factores que inciden en el mes de diciembre.

"El fin de año no significa para ellos el término del año escolar, de las oficinas, todo lo que pasa acá, que aunque son cosas bonitas, de convivencia, muchas veces no se disfrutan y terminan convirtiéndose en un 'cacho' porque hay muchas cosas que hacer", dice Laura.

La chilena asegura que "la Navidad en Estados Unidos llega en invierno, que se oscurece antes, entonces es una celebración que llega a iluminar este invierno con todas sus luces y adornos". Además calza con las vacaciones de invierno de los escolares y universitarios. A diferencia de los países que se ubican sobre la línea del Ecuador, los países como Chile, reciben las fiestas navideñas con temperaturas que a veces superan sobre los 30°C.

El sociólogo, Tomás Boncompte, asegura que "hay varios efectos biológicos por estar más horas al sol" y señala que hay algunos resultados que "dicen que en el verano se tiene una reacción más elevada al estrés". "En Chile las fiestas se dan durante el verano, y hay varios efectos biológicos por estar más horas al sol, que reducen la depresión, pero agravan el estrés. Hay algunos resultados que dicen que en el verano uno tiene una reacción más elevada al estrés, es decir, que no es que te estreses más, pero cuando lo haces es más fuerte", explica el sociólogo.

A esto se suma que "la gente en verano duerme menos, y la calidad del sueño es uno de los grandes 'estresores' de la vida moderna", señala Boncompte. Todos estos factores podrían incidir en la forma en cómo los chilenos enfrentamos la Navidad. ¿Hemos perdido el verdadero sentido de estas fiestas? ¿Nos han consumido el estrés y el desgaste de fin de año?

A tres días del 25 de diciembre, te invitamos a reflexionar y a recuperar el verdadero espíritu navideño que nos hace feliz.