A los 95 abuelito renovó por siete años más su licencia de conducir
PROEZA. Eduardo Marín Arce vio pasar la historia de Antofagasta desde su negocio de calle Maipú. Maneja desde que tenía 10 años.
Eduardo Marín Arce tiene 95 años y debido a su impecable capacidad para conducir, luego de renovar su licencia, recibió la autorización por otros siete años, lo máximo que establece la normativa. Toda una proeza si se considera que está próximo al centenario y ha visto pasar la historia de Antofagasta.
Este nortino de tomo y lomo aún se mantiene activo, vigente y preocupado del garaje mecánico y estacionamiento "Marín" ubicado en calle Maipú, pasando calle Ossa.
"El 20 de septiembre cumplí los 95 años y tenía que renovar mi licencia. Entonces fui al municipio para hacer el trámite. Lo rendí y lo pasé sin problema, todo perfecto. Cuando fuí a recibir el documento me hicieron esperar un poco, pero era porque la alcaldesa me quiso hacer entrega en forma personal de mi nueva licencia", comentó orgulloso.
No pudo ir antes al municipio porque no podía dejar solo su negocio, que fue inaugurado en la década del 30' (1935), y que es su "motor" de vida.
"Cuando me preguntan por el secreto para mantenerme, les digo que es llevar una vida ordenada. Siempre he comido bien, por ejemplo, pescado y mariscos. Me he alimentado de forma sana y además nunca me falta una copita de vino al almuerzo, pero nada de excesos. En fiestas se puede tomar un par de copas más, pero hasta ahí nomás", confidenció.
"Soy nacido, criado y quiero que me sepulten en Antofagasta. Esto antes era de mi padre, pero yo comencé a trabajar a los 10 años, siempre en la mecánica y manejando", dijo, al tiempo que agregó que espera seguir hasta las 102 años para ir de nuevo a renovar su licencia de conducir.
Salud
Eduardo, su hijo, dice que no cabe duda que él irá de nuevo porque está muy bien conservado.
"No tiene ninguna enfermedad, salvo un pequeño problema en el oído medio, pero tiene una memoria sorprendente, admirable, se acuerda de todo. Siempre está acá trabajando porque este es el garaje y estacionamiento más antiguo de Antofagasta, ya que la construcción empezó en 1933", comentó.
Eduardo Marín estuvo casado 66 años con Lila Dinamarca Acevedo, con quien tuvo cuatro hijos, el mayor Eduardo, Viviana, Lila y Rosina. La familia creció con 11 nietos, 7 bisnietos y un tataranieto.
Recordó que en el centro de Antofagasta hubo algunos garajes y locales de ese rubro, pero todos ya desaparecieron, salvo "Marín".
Este longevo antofagastino confiesa que ha sido testigo del crecimiento de la ciudad, y conocido a destacados personajes que frecuentaban su negocio, al que acude diariamente y al que quiere seguir asistiendo por mucho tiempo más.
Grandes personajes en el taller de Maipú
En el taller de calle Maipú está el torno donde trabajaba e hizo fortuna el empresario Víctor Farías, que era habitual cliente de allí los fines de semana especialmente. Una anécdota fue cuando quiso comprar la herramienta, pero los Marín nunca quisieron venderla. Otros destacados personajes que acudían hasta allí eran Marta Narea Díaz, el doctor Edmundo Ziede y el profesor Mario Bahamonde, entre otros. Eduardo Marín también fue un empresario en el rubro del transporte público.