Dániza Urrutia Sepúlveda
Cerca del 1% de los pacientes que llegan al Servicio de Urgencias del Hospital Regional "Doctor Leonardo Guzmán", son ingresados por sospecha de haber ingerido ovoides contenedores de clorhidrato de cocaína. Semanalmente hay uno o dos casos sospechosos de ingesta que involucran a las denominados "burreros" o "tragadores", la mayoría de ellos extranjeros, principalmente bolivianos y peruanos.
Esta cifra deja en evidencia lo atractivo que resulta para los traficantes, el reclutar a gente con necesidades económicas que no dimensionan el peligro al que se enfrentan, ya que sólo basta con que uno de los contenedores se reviente, para que el portador muera debido a una sobredosis.
Al respecto el doctor Víctor Litardo, jefe del Servicio de Urgencias, dijo que reciben a los pacientes ingresados a través de procedimientos realizados por Carabineros y por la PDI. Por lo mismo, hay un protocolo definido y que se aplica de inmediato. Esto se concreta cuando hay sospechas de que una persona en particular ha ingerido ovoides, incluso cuando ni siquiera la persona lo manifiesta, ya que no siempre dicen la verdad desde un primer momento porque no asumen el riesgo de lo que está sucediendo.
Cuando llegan al hospital se les pasa al box de atención médica donde se le hace una revisión. Luego y mandatoriamente a la persona se le hace una radiografía simple de abdomen o también una de tórax y abdomen.
"Se trata de un examen bastante rápido que permite detectar que el individuo ha ingerido o no ovoides, se quiere comprobar que hay cuerpos extraños en su organismo. Una vez realizada la evaluación procedemos al tratamiento de la evacuación, entendiendo que el sujeto puede tener 2 o 3 días desde que ingirió esto y el riesgo puede convertirse en algo catastrófico y mortal", dijo.
Un vez concluido este procedimiento la persona es hospitalizada con los medicamentos respectivos, como laxantes, y con hidratación porque en ese tiempo no puede ingerir alimentos. "Nosotros lo alimentamos por vía endovenosa y se le aplican los medicamentos por vía oral también para tratar de acelerar el tránsito. Ese es el protocolo que se aplica para estos casos", sostuvo el doctor Litardo.
Luego que el individuo ha completado la evacuación de los ovoides se le hacen controles radiológicos periódicos.
Se llega a una conclusión, por ejemplo, si dijo que tenía 80 ovoides, evacuó los 80 y las radiografías no muestran nada más, el paciente es dado de alta. Si la persona se descompensa cuando se revienta un cuerpo extraño hay un alto riesgo y debe ser ingresado a cuidados intensivos producto de una complicación sistémica.
"Cuando a un paciente se le revienta un ovoide, tiene un muy alto porcentaje de morir. Se produce una intoxicación porque la droga pasa al torrente circulatorio. Se intoxica, presenta problemas de índole cardiológico y muere en corto tiempo", comentó el doctor, a modo de alertar a quienes, por cualquier motivo, deciden convertirse en burreros.
Joven boliviano, víctima del tráfico
A mediados de octubre del 2017 ingresó al Hospital Regional un ciudadano boliviano identificado posteriormente como Adolfo Lovera Callejas, quien falleció debido a que uno de los ovoides que portaba con cocaína líquida se reventó, provocándole una sobredosis. El joven era oriundo de Cochabamba.