Neftalí Agrella
Neftalí Fructuoso de la Fuente y Agrella, simplemente el escritor Neftalí Agrella, nació el 23 de enero de 1896 en Mejillones (¿o Antofagasta?). Es un distinguido representante de los escritores habidos en Mejillones. Para fines de la primera década del siglo, Neftalí ya había tomado una decisión: sería poeta. "Ser poeta, en verdad que es un gran dolor, señora".
En esos años esenciales viaja por el norte: Antofagasta, Copiapó, Iquique. Luego se va Santiago sigue Valparaíso, Mejillones, Santiago. Lugares distantes: Bolivia, Nueva York, Buenos Aires demuestran que Neftalí es un espíritu viajero.
Publicada "Savia Roja" (Mejillones, 1920). Luego, aparece "Poemas" (Valparaíso, 1925). Durante todo el cuarto inicial del siglo, Agrella mantuvo permanente vinculación con el Norte. La cuestión social llegó a él como a todo nortino: 1906, matanza la plaza Colón. 1907, masacre Escuela Santa María de Iquique. Agrella nunca estuvo al margen de lo social. La filosofía vital de Neftalí pone en evidencia la única explicación para esta problemática que irradia en el centro de su universo literario.
Aparecen "Espiral de un Humo en lo Infinito", sorprendente contraposición donde contenido y continente poéticos, se sutilizan hasta lo inconmensurable. A estas alturas de su vida, muchos hechos se concatenan lógicamente: su condición de lector infatigable, su afición por lenguas diversas, su búsqueda y cultivo de formas expresivas novedosas; el apego a temáticas de evidente categoría estética, su sentimiento de soledad existencial, su raigambre pueblerina, sus personales valoraciones. El localismo provinciano suele engarzar los hechos con singulares personajes.
Luego, "El Alfarero Indio" (1933) pudo influir para proponerlo en las conciencias de lectores que debían desentenderse de sutiles realizaciones estético literarias.
Un espíritu amigo, entonces, sólo entonces, porque la poesía es la que pervive, dirá en la calma bahía de Mejillones:
"Pero hay veces que reviven todo/en una ráfaga de recuerdo …/
¡el poblacho, la playa, el sol/y los primeros versos!".
Osvaldo Maya