Incentivo regional para inversión
"Por ser los más afectados, deberíamos ser la primera región en constituir la Oficina de Gestión de Proyectos de Inversión". "Los políticos que proponen "cerrar las fronteras" viajan, negocian y estudian en el extranjero, a pesar de sus percances con la ley".
Con mucha responsabilidad y compromiso nuestros líderes regionales deben asumir el desafío de que la Región de Antofagasta lidere el nuevo ciclo que se inicia en marzo de este año. Nuestras elevadas tasas de desempleo y bajos índices de actividad económica regional, consecuencias del ajuste económico, así lo demandan.
Una vez instaladas las nuevas autoridades, se debería iniciar rápidamente una coordinación público-privada en torno a las prioridades y compromisos establecidos por el nuevo gobierno.
En materia económica, las metas establecidas son: duplicar la tasa de crecimiento; aumentar la tasa de inversión en tres puntos porcentuales; elevar la productividad total de factores; duplicar la capacidad de crear nuevos empleos aspirando a tener 9 millones de personas empleadas al final del período presidencial; converger al balance entre ingresos y gastos estructurales y, reducir la pobreza por ingresos en un tercio en cuatro años y a la mitad en ocho años.
De entre las principales medidas programadas para el cumplimiento de estas metas es importante tener muy presentes las siguientes: promoción de la Agenda de Reimpulso Productivo; creación de la Oficina de Competitividad, Inversión y Productividad; establecimiento de una Oficina de Gestión de Proyectos de Inversión; creación de un Incentivo Regional para Atraer Inversiones.
En esta oportunidad quiero destacar la importancia y la prioridad que regionalmente deberíamos dar a las dos últimas: a) Oficina de Gestión de Proyectos de Inversión e, b) Incentivo Regional para Atraer Inversiones.
Por ser los más afectados por la crisis, deberíamos ser la primera región en constituir la Oficina de Gestión de Proyectos de Inversión. Identificar a los proyectos de mayor envergadura y darle el acompañamiento proactivo y de aceleración indispensable para transformar la inversión en empleo y en oportunidades de negocios para la familia de encadenamientos productivos. En este desafío destaca el esfuerzo para agilizar la permisología y el necesario cambio cultural pro inversión en los funcionarios responsables.
Esta misma oficina debe transformarse en la agencia promotora de nuestra región como una Región de Oportunidades para el Inversionista nacional y extranjero.
En cuanto al Incentivo Regional para Atraer Inversiones, tenemos aquí un desafío para dar contenido concreto a esta futura medida. Regionalmente debemos adelantarnos y consensuar estos contenidos. Por un lado, identificando prioridades locales y regionales en que los grandes proyectos podrían aportar; por ejemplo, en obras de mejoramiento de la calidad de vida. Por otro lado, identificando fortalezas regionales que pudieran transformarse en incentivos para el inversionista; por ejemplo, oferta de gestión de suelo para instalarse.
El Inmigrante
Hoy encontré un cuento titulado "El Inmigrante" que había escrito hace varios años. En vista de los desalojos inhumanos que enfrentan constantemente las personas que viven en campamentos; la surrealista visión de que los chilenos somos "más blancos" y "limpios" que nuestros hermanos latinos (según el último estudio del INDH); la discriminación positiva hacia las personas rubias y el gran porcentaje de migrantes en los campamentos, creo que vale la pena compartirlo:
"Aterrizó en la plaza Colón, de las piletas sacó sus alas mojadas, negras…como de jote. Tenía la tez morena, los ojos rasgados y la piel curtida, gruesa, escamosa, como la de pescador o artesano. La gente lo llamó inmigrante, las gitanas le tiraron la suerte y la policía lo arrestó por ilegal. Lo trataron de cholo, de narco, de flojo y de ladrón. Ninguna autoridad le recibió, nadie le entrevistó, un par de turistas le tiró monedas y un fulano le robó la aureola. Terminó cuidando autos afuera de la intendencia. "Quizás si hubiese venido de rubio" … pensó".
Muchos de los inmigrantes de este cuento breve viven hoy en los campamentos de la ciudad, bajo la amenaza de desalojo por parte de la autoridad regional que tampoco ofrece soluciones a largo plazo. Es lamentable ver cómo después de la visita de la relatora de vivienda de la ONU el año pasado, y la reciente visita del Papa, hoy muchos chilenos, autoridades y políticos sigan tratando a nuestros hermanos latinoamericanos como ciudadanos de segunda clase, sólo por su color de piel, origen y nuestro delirante complejo de superioridad.
Chile se suma a la epidemia mundial del nacionalismo e intolerancia, nacida de la desinformación intencional, del miedo al "otro". Así, muchos mitos han sido repetidos incansablemente, tanto por políticos y votantes, ideas sin sustento real que presentan la inmigración y los campamentos como resultado de una invasión imparable de delincuencia y deterioro social. Por tanto, ellos claman, los campamentos deben ser "erradicados", palabra que deshumaniza al habitante de campamento, comparándolo con una plaga.
Termino refrescando algunas cifras que derriban nuestros prejuicios: si bien Chile es el país latinoamericano donde más ha aumentado la migración, esta sigue siendo muy baja en comparación con la media de países desarrollados (informe OBIMID 2016). Además, los migrantes tienen mayor escolaridad promedio que los chilenos (informe CEPAL-OIT) y sólo el 1% de los extranjeros ha sido detenido por cometer delitos (Departamento de Extranjería).
Asimismo, la migración ayuda a lidiar con el problema del envejecimiento de la población en Chile. Por tanto, los inmigrantes aterrizando en la Plaza Colón no son ni analfabetos, ni delincuentes ni mucho menos flojos. Son madres y hermanos, que lo arriesgaron todo por defender su derecho de vivir en paz y contribuir a nuestro país, y ya es momento que nosotros se los permitamos.
Para ellos - y para todos - vivienda, sueldos, salud, educación y pensiones que permitan una vida con dignidad, además de un derecho irrenunciable e indiscutible a la ciudad que les acoge.
Fernando Cortez Guerra
Gerente general Asociación de Industriales de Antofagasta
Martín Arias, Ph.D.
Director ORDHUM