No, no es que se llamaba. Se llama Gabriel García Márquez, porque su América no lo deja morir. Nació en Aracataca, un pequeño pueblo de la costa atlántica de Colombia, el de marzo de 1928.

Es cierto que fue en Chile donde le quemaron 14.846 copias de su libro sobre Miguel Littín, pero tuvo simpatía innegable por nuestra tierra y cercana amistad con Salvador Allende y Pablo Neruda. Definió simpáticamente nuestra idiosincrasia: "Los chilenos, en cierto modo, se parecen mucho al país. Son la gente más simpática del continente, les gusta estar vivos y saben estarlo lo mejor posible, y hasta un poco más, pero tienen una peligrosa tendencia al escepticismo y a la especulación intelectual".

Fue compañero del novelista peruano Mario Vargas Llosa, el argentino Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes y nuestro José Donoso, en ese sorprendente "Boom" latinoamericano (1960-1970). Dicen que su mejor obra es "Cien años de soledad". ¿Crónica?, ¿Historia? Ciertamente, es la más conocida y quizá una de las puertas importantes que nos llevaron a volver a leer obras nuestras dejando un tanto de lado lo europeo.

Ahora, en los tiempos que corren, seguramente ya no se lee ese libro en los colegios ni en los sofás de los adictos a las letras. Ojalá los estudiantes leyeran los numerosos cuentos de García Márquez, por ejemplo "Ladrón de sábado", su novela "Crónica de una muerte anunciada" y sus poemas breves, como "Poema desde un caracol", muy hermoso:

"Era el mar de la geografía/de los pequeños estudiantes/que aprendíamos a navegar/en los mapas elementales/Era el mar de los caracoles/mar prisionero, mar distante/que llevábamos en el bolsillo/como un juguete a todas partes/ El mar azul que nos miraba/cuando era nuestra edad tan frágil/que se doblaba bajo el peso de los castillos en el aire/Y era el mar del primer amor/en unos ojos otoñales/Un día quise ver el mar/-mar de la infancia- y ya era tarde".

Falleció Gabriel García Márquez el 17 de abril de 2014 en México, su segunda patria.

Cecilia Castillo

Flor Arbulú

Tras la algarabía y el orgullo que se produjo a nivel nacional e internacional el que "Una mujer fantástica" ganase el Oscar a mejor película extranjera, llega el momento de reflexionar sobre la importancia que tiene la estatuilla para el sector audiovisual chileno.

Para el Ministro de las Culturas, Ernesto Ottone, el galardón obtenido por la cinta que dirige Sebastián Lelio, así como el que logró "Historia de un oso" en 2016 es la coronación de un trabajo que "se viene haciendo desde los años '90 con el retorno de la democracia, donde grandes cineastas chilenos fueron abriendo camino", como fue el caso de "La frontera", cinta que en 1991 obtuvo el primero de los cuatro Goyas que tiene nuestro país.

Sin embargo, reconoce que recién "en los últimos 10 años estamos hablando de una industria", pues "tenemos presencia en más de 12 mercados internacionales y estamos participando en los festivales más importantes". No por nada la propia "Una mujer fantástica" ganó un Oso de Plata en la Berlinale 2017 a mejor guión; siguiendo la senda que el mismo Lelio abrió con "Gloria" -que obtuvo el premio a mejor actriz para Paulina García-, y continuó con "El club" que recibió el Oso de Plata del Gran Premio del Jurado.

Inspiración y apertura

Sobre este punto, la directora del Festival Cine de Mujeres (Femcine), Antonella Estévez, dice para "los programadores de los Festivales importantes, Chile existe hace rato", lo que permite el Oscar -desde su perspectiva- es entrar a "otro circuito que es el hollywoodense".

"Eso es muy interesante porque ahí no estamos hablando solamente del cine autoral, festivalero, sino que también estamos hablando de industria que es el gran desafío que tiene el cine chileno", asegura y explica que el cine nacional "se mueve muy bien en términos de autoría", pero su gran falencia es la conexión con las audiencias, lo que explicaría las magras cifras de taquilla.

En este sentido, asegura que el Oscar "por un lado, puede ser inspirador a demostrar que se puede hacer cine autoral con un nivel cinematográfico tremendo y con una propuesta temática interesante, y que puede llegar a la audiencia; y por otro lado, también quitarle el susto a hablar de cosas más peliagudas".

En este punto Roberto Paulsen, director de Carreras Audiovisuales del DuocUC sede Viña del Mar, dice que el impacto que está teniendo el cine chileno fuera de nuestras fronteras, en general, tiene que ver "con que las ideas o los temas que se pueden construir desde Chile tengan interés universal". "O sea 'Una mujer fantástica' toca el tema transgénero, que en este momento es un tema universal. Hace tres o cuatro años, Obama tuvo un tema con los baños transgéneros, por lo que son temas que están a flor de la sensibilidad de la gente".

Para él el mayor impacto que tendrá el Oscar "tiene que ver con el público". "El que hayan dado la película el viernes antes de los Oscar permite que la gente realmente conozca que se está haciendo un cine chileno, que es uno de calidad y que puede competir a nivel internacional" y generar el interés necesario para que asista al cine a apreciar películas que se realizan en el país. Estévez acota que "si hay una cosa que nos ha enseñado el cine de Sebastián Lelio es que es posible hacer cine autoral con conciencia de audiencia".

Las nuevas redes

Para Paulsen "ganar mejor película extranjera el Oscar nos pone en un mapa distinto, con un público distinto" en relación al que obtuvo "Historia de un oso", pues "la animación todavía es una industria que tiene mucho por desarrollarse".

"Se abre una perspectiva nueva porque en el fondo Chile empieza a estar en el interés de los grandes realizadores y de las grandes producciones", agrega. Según él, el mismo hecho que Lelio esté por estrenar este año dos películas en idioma inglés -entre ellas el remake de "Gloria" con Julianne Moore-, y el que Pablo Larraín haya hecho lo propio con "Jackie" significa que "Chile, en este momento, es mirado por las grandes producciones y de las grandes casas productoras de EE.UU., Inglaterra, etc. Entonces nos pone en el mapa mundial".

"Lo que uno podría esperar a estas alturas -continúa Estévez- es que pudiese haber un mayor interés en coproducir con Chile desde EE.UU. y desde otros lugares del mundo ahora que Chile aparece en el mapa". Un aspecto en el que concuerda Paulsen, quien asegura que "también es importante porque se van construyendo las redes. Entonces, eso que Chile esté en el foco te permite tener mayor cantidad de redes que, finalmente, benefician a todos".

El segundo aire

Desde la perspectiva de Ottone, "lo extraordinario acá es que hay un mérito artístico creativo tanto del director, de los guionistas como de los productores. O sea, nadie les quita el mérito porque son ellos los que logran este Oscar. Pero que esto se haya producido en los últimos años es porque hemos sabido abrir mercados, financiar la película correcta y buscar diversidad en los temas que se abordan".

Para el Ministro de las Culturas después del trabajo que se ha desarrollado en los últimos años, ahora viene un segundo paso: conseguir el financiamiento privado. "Eso es lo que ha estado más atrasado en Chile y creo que estos premios pueden ayudar a abrir ese (campo)", dice.

Y añade: "Hemos firmado más de 20 convenios de coproducción. Este año firmamos con Alemania, y ya teníamos con Italia, con Argentina, Brasil, Canadá... Y la verdad es que están todas las herramientas desplegadas para que eso se produzca".

"Yo tengo toda la fe puesta que los creadores en Chile van a seguir desarrollando todos sus talentos", asegura y dice que el rol del Estado es "hacer puente, hacer los convenios, entregarle cada día más recursos que es fundamental".

"El sector cultural no puede ver mermado su financiamiento, para eso creamos una institucionalidad -el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio-, porque esto es como la ciencia: si uno no aumenta los recursos en la etapa inicial, difícilmente uno pueda cosechar el nivel de premios, de reconocimientos que estamos teniendo hoy".

"(El financiamiento privado) es lo que ha estado más atrasado en Chile y creo que estos premios pueden ayudar a abrir ese (campo)"

Ernesto Ottone, Ministro de las Culturas"

"(El Oscar) puede ser inspirador a demostrar que se puede hacer cine autoral con un nivel cinematográfico tremendo y con una propuesta temática interesante, y que puede llegar a la audiencia"

Antonella Estévez, Directora de Femcine"