La Mujer Chilena
En nuestro país, no somos los hombres los que logramos la dignidad de vivir en plenitud y en heroísmo: son las mujeres.
Si miramos a los días mapuches, hallaremos a la mujer, en desvelo de hogar y de tierra, trabajando, criando hijos y hasta saltando a la guerra, cuando la Patria se iba quedando flaca de soldados. Ercilla, con nobleza, escribe en el Prólogo de "La Araucana":
" … Y es tanta la falta de gente por la mucha que ha muerto en esta demanda, que para ser más cuerpo y formar los escuadrones, vienen también las mujeres a la guerra, y peleando algunas veces como varones, se entregan con grande ánimo a la muerte".
De entonces, las chilenas se entregaron "con grande ánimo" a la vida, sirviéndola y defendiéndola. Vicente Grez escribió una obra sobre "Las Mujeres de la Independencia". ¡Qué importante esta frase de Grez, celebrando a las heroínas de 1810!
"No tenían una Patria y la entregaron. Ellas hicieron un héroe de cada hombre"
"Hacer Patria" es la tarea en que se empeñaron: la brava Javiera Carrera, en esta labor, tanto como la anónima "cantinera"; los sentimientos humanitarios de Paula Jaraquemada, tanto como las trabajadoras de nuestras fábricas; el verbo patriótico de María Cornelia Olivares resuena en Mercedes Marín del Solar y se vuelve hermosura en Gabriela Mistral; la solidaridad para con los desaparecidos de Antonia Salas, renace en el ademán creador de nuestras profesionales.
En Antofagasta, la mujer desempañó un papel importantísimo manteniendo el estilo de vida de la familia. Fue compañera en el ideal y en los sacrificios. Durante estos años ásperos, las mujeres de nuestras poblaciones han demostrado la valía de su alma, viviendo en constante zozobra, sin agua ni otras ventajas, pero con un excedente de moral y esperanza, que conmueve. En ellas, se prosigue la tradición de fuego de las mujeres chilenas.
Es la grandeza del Ancla de Oro 1975 reconocimiento a la Mujer de Antofagasta, comprometida con la obra de levantar la ciudad a los más altos niveles del progreso.
¡Un galardón que alcanza a La Mujer Antofagastina!.
Andrés Sabella, 1975