Cooperativa de pan: el proyecto que da trabajo a pobladores de campamentos
SOCIEDAD. La innovadora iniciativa requirió una inversión de $10 millones aportados por Fosis.
"Mi sueño es volver a estudiar ingeniería de gas y petroquímica", dice Jenny Ticona, joven boliviana de 23 años que llegó a Chile hace tres años buscando nuevas oportunidades de vida. Tiene dos hijos y actualmente reside en el campamento Los Arenales, ubicado en el sector norte de la comuna.
Es justamente en este asentamiento donde está cumpliendo algunas de las metas que se propuso para juntar dinero y volver a estudiar. "Soy panadera y trabajo en la Cooperativa de Pan de este campamento. Me gusta harto porque tengo tiempo para cuidar a mis hijos y me queda súper cerca de la casa", comenta mientras prepara la masa del pan boliviano, una de las cuatro recetas que ofrece la panadería.
La iniciativa, financiada por el Fosis, es administrada por los propios trabajadores, quienes destinan sus ganancias al pago de sueldos de los mismos e invirtiendo en obras de desarrollo y fortalecimiento comunitario del macrocampamento Los Arenales.
Entre estos arreglos destacan la creación de espacios de esparcimientos, remozamientos de viviendas y creación de áreas verdes de sus alrededores.
Jenny Hidalgo, también panadera, es chilena y vive hace tres años en el campamento Desierto Florido. Su llegada fue un tanto problemática pues fue un cambio radical. "Vivía con mi familia en una casa donde arrendábamos, pero tuvimos problemas. Aquí no teníamos agua ni luz, vivimos seis meses así. Yo hacía pan y tenía una pequeña amasandería, con eso me daba vuelta. Luego se murió mi hijo y ya cambió todo", cuenta.
La Cooperativa de Pan le sirvió para dar un nuevo aire a su vida. "Esto es lo que me apasiona y me ha servido mucho para distraerme y conocer gente de otras nacionalidades", dice antes de hornear el pan, una de sus especialidades en la cocina.
Además, asegura, pudo perfeccionarse en el arte de la cocina. "La gente de la Universidad Santo Tomás nos enseñó las recetas de los panes y con ellos estudiamos", asegura.
Funcionamiento
Elizabeth Andrade, presidenta del campamento Nuevo Amanecer Latino y coordinadora de la panadería, comentó que el proyecto nació por la falta de dineros para el jardín comunitario que existía en el campamento.
"Era un jardín para niños y teníamos que tener dinero para volver a tener a los niños. Ahí nace la idea de hacer esta cooperativa, dos meses después nos enteramos que teníamos $10 millones para hacer el proyecto", comentó.
Fue ahí donde decidieron trabajar con 20 familias de los ocho comités que estaban trabajando en el proyecto comunitario.
Los turnos en la panadería son dos: uno en la mañana que empieza a las 4.30 am hasta las 8 am y otro que empieza a las 14 horas y termina a las 18 horas.
La coordinadora del programa cuenta que los trabajadores se encargan de la producción y del reparto del producto. "El pan es vendido en los distintos sectores del macrocampamento. Mil pesos cuesta el kilo de pan", sostuvo.
Agregó que con la cooperativa están recuperando respeto y dignidad. "Aquí el 80% son migrantes y no todos tienen su documentación regular. No todos tienen un espacio para trabajar porque no tienen donde dejar a sus hijos", manifestó.
Una de las trabajadoras migrantes es Lizzete Hurtado. Es colombiana y vive hace cuatro años en Antofagasta. Su mamá llevaba siete años viviendo en Chile, por lo tanto, decidió venir a acompañarla. "Cuando llegué vivía en una pensión, pero la casa estaba muy deteriorada", comentó.
La situación en su familia era crítica. Por lo tanto, el hecho de ser panadera le da una esperanza laboral. "El sueño que compartimos todas es tener nuestra casa propia. Nosotros no sólo somos lo feo de la sociedad, también podemos hacer cosas buenas como esta", dijo.
Desafío
Por su parte la directora regional de Fosis, Lizza Aravena, manifestó que "tenemos confianza en que la cooperativa es una estrategia válida para la superación de la pobreza y que hoy el desafío permanente es generar que la asociatividad permanezca en el tiempo".
Otra organización que participó en este proyecto fue el Observatorio de Desarrollo Humano de la UCN. Su director, Martín Arias comentó que la panadería cooperativa propone un ejemplo fundamental como medida de superación de la pobreza a través del ejercicio del derecho al trabajo y la ciudad. "Las manos de muchas y muchos chilenos e inmigrantes amasan la levadura de un pan con sabor a cambio".
Agregó que "creemos que el apoyo del Estado a políticas como esta, tal y como lo ha hecho Fosis, además del trabajo conjunto con ONGs como Fractal, dirigencias sociales y la academia pueden generar proyectos que utilicen el gran capital humano de los campamentos para facilitarles la realización de sus propias iniciativas".
Jenny, Ticona, panadera
boliviana"
"Me gusta porque tengo tiempo para cuidar a mis hijos y además me queda muy cerca de mi casa, eso es muy bueno".
Jenny, Hidalgo, panadera
chilena"
"La gente de la Universidad Santo Tomás nos enseñó las recetas de los panes y con ellos estudiamos esto".
Lizzette, Hurtado, panadera
colombiana"
"Nosotros no sólo somos lo feo de la sociedad, también podemos hacer cosas buenas como esta: una panadería"."