Al entrar a la universidad, Serge Haroche se fascinó con lo que él ha llamado "los misterios y la belleza del mundo cuántico" a través de las clases de Claude Cohen-Tannoudji, Premio Nobel de Física 1997.
Muchos años después, en 2012, este francés emuló el premio recibido por su maestro y junto al estadounidense David Wineland, fueron reconocidos con el Premio Nobel de Física por lograr medir y manipular las propiedades cuánticas de las partículas sin destruirlas.
A comienzos del Siglo XX, Einstein predijo algunas de las propiedades de los fotones: esas misteriosas partículas, que eran capaces de estar en dos partes al mismo tiempo, pero nadie había sido capaz de observarlas.
Luego de un arduo trabajo, Haroche, Wineland y su equipo, lograron lo que nadie más había podido hacer antes.
"Lo que intentamos hacer fue medir y manipular fotones, que son partículas de luz muy frágiles. Son muy difíciles de observar sin destruirlas. Nos llevó mucho tiempo desarrollar tecnologías para poder hacer esto. Y también tuvimos que evaluar qué tipo de átomos podíamos usar para detectar los fotones y construir la 'caja' o cavidad para atraparlos. Implicó el desarrollo de tecnologías y también tuvimos que inventar nuevos métodos", contó.
Finalmente Haroche logró cogerlos en una trampa magnética y observarlos.
Sus nuevos métodos le permitieron examinar, controlar y contar partículas de luz. Lo que puede parecer un hecho sumamente específico y de interés exclusivamente científico, pero que tiene impensadas repercusiones en nuestra vida diaria, por ejemplo, ha permitido dar los primeros pasos hacia la construcción de un nuevo tipo de supercomputador basado en la física cuántica, que probablemente cambie nuestra vida diaria de la misma forma radical que lo hizo el computador clásico en el último siglo.
Según la revista francesa Le Point, los átomos y los fotones constituyen el hilo conductor de la carrera científica de Haroche. Uno de sus proyectos actuales es la creación de un laboratorio de experimentos con átomos y fotones en situaciones que no se hallan normalmente en la naturaleza.
"Es una experiencia que puede parecer muy esotérica y, a la vez, muy técnica; pero que, gracias al conocimiento y la investigación en el mundo cuántico, se han podido desarrollar algunas tecnologías como el láser, los transistores y la resonancia magnética nuclear".
Empresas
Fiel defensor de la investigación por la investigación, basada en la curiosidad pura, Haroche reivindica que sean las instituciones públicas las que financien la ciencia básica y que la aplicada se deje a las empresas.
Además, critica la visión cortoplacista de la ciencia en la actualidad sosteniendo que ésta es a largo plazo, lo que considera contradictorio con la democracia, en que las elecciones tienen lugar cada cuatro o cinco años.
"En Estados Unidos el Congreso se renueva cada dos años y eso es una escala de tiempo muy pequeña. Los países con escalas más grandes no son democráticos. Por ejemplo, China puede planificar a diez años, pero tiene otros problemas, como que la libertad de pensamiento y de expresión no está garantizada y eso es malo para la ciencia".
Haroche piensa que el sistema debería ser democrático con líderes con visión a largo plazo.
Convencido que la ciencia hoy se usa como puro marketing, cree que darle ese uso "tiene el efecto perverso de que los científicos son forzados a entrar en ese juego, el de exagerar sus investigaciones".
Agrega que "ir en la dirección de presentar la investigación de forma no sincera es negativo. La ciencia debe permanecer objetiva y no se debe obligar a forzar los resultados, a sobrepublicar. Se está cayendo en una ciencia más cuantitativa que cualitativa".
El científico está seguro de que para lograr la paz es fundamental el avance científico y tecnológico gestado desde la academia, mediante un sistema de investigación y desarrollo.
Es también un gran lector de autores sudamericanos. García Márquez, Vargas Llosa, y por supuesto también Borges, que tiene interés por las paradojas, porque según dice Haroche, "la física cuántica está llena de paradojas".
Charla
Curiosidad, Ciencia y Tecnología: un círculo virtuoso. Sábado 14 de abril, 16.30 horas, en el Teatro Municipal. Entrada: 2.000. A la venta en el quiosco de la Plaza Colón y en Daleticket.cl