Constanza Escobar Guamán
La sepultura y la cremación son las alternativas más comunes frente a la muerte, pero hay personas que en vida se inclinan por otra opción, menos conocida. Se trata de la donación del cuerpo a la ciencia, a lo que hoy están dispuestos cinco antofagastinos.
Dally Díaz, de 74 años, es uno de los cinco casos registrados en la Universidad de Antofagasta (UA). No le tiene miedo a la muerte y espera que su cuerpo no sea abandonado en un cementerio tras dar su último suspiro.
"No es una opción para mí no ser útil después de mi muerte, quiero contribuir en algo y ésta es una opción", expresó.
Producto de una serie de vivencias personales, su perspectiva de la vida ha cambiado a lo largo del tiempo, situación con la que argumenta su decisión.
"Creo que a uno lo deben aprovechar en vida, visitarlo cuando uno está en su casa y no en un cementerio, en ese minuto ya es tarde", comentó.
Para Dally uno de los pasos más difíciles fue contar el deseo de donar el cuerpo para su estudio a la familia. "Cuesta contarlo y que no te traten de loca. Ellos sintieron mucha inquietud al respecto, pero ya me conocen y saben que no cambiaré de opinión", manifestó.
Su hijo, Jorge Casanova, no estuvo del todo de acuerdo en primera instancia tras esta medida. Pero para su madre, lo más importante es su deseo.
"No es que no quiera dejarle un recuerdo o un lugar donde ir a llorar a mi familia, sino más bien quiere ser útil para aquellos que lo necesitan", contó Díaz.
Esta mujer, que por años trabajó al servicio de la comunidad como voluntaria en la Cruz Roja, insta a tomar conciencia y replicar su actitud.
"Si queremos médicos buenos, debemos colaborar. No es cualquier trabajo, ellos deben aprender y ese es mi objetivo", dijo con decisión.
Comienzo
Dally llegó hasta la UA y ya sabía dónde dirigirse. Sólo tenía en mente una cosa, poder ayudar a los jóvenes estudiantes a perfeccionarse y conocer el cuerpo humano.
"Estudié tres años en la universidad un curso de enfermería cuando trabajaba como voluntaria en la Cruz Roja, desde ese entonces tomé la decisión de donar mi cuerpo", explicó.
Se dirigió a la Facultad de Medicina y Odontología de la UA, donde conversó su voluntad con el académico de anatomía, Juan Urbina.
"Se debe realizar una charla previa, donde el interesado cuenta las razones de su decisión. Esto, a causa de que debe existir también un filtro en estos casos que, por ahora, son excepcionales", indicó el profesional.
Aporte
El académico explicó que la primera vez que se presentó una persona en la facultad para manifestar su interés en donar su cuerpo fue hace cinco años, y aunque todavía no han recibido ningún cuerpo por esta vía, esperan que muchas personas se sientan interesadas en poder hacerlo.
"No cualquiera toma este tipo de decisión por razones de familia, religiosas o desconocimiento. Con el caso de Dally, podemos dar a conocer que esto es un gran aporte al conocimiento de los futuros profesionales de nuestra Región", afirmó.
El especialista explicó que este sistema de donación permite que los profesores puedan entregar formación en morfología sin recurrir a modelos ficticios.
"La idea es mejorar la preparación de médicos a través de la realidad, pero hay personas que no tienen conciencia que este trámite puede servir para preparar a los estudiantes del área de la salud".
Luego de la charla previa que realiza la unidad, se prosigue con la realización del trámite de donación de cuerpo a la ciencia por la vía legal.
"Basta con hacer una declaración jurada ante un notario, que no es más que un documento donde se expresa la decisión voluntaria de donar el cuerpo. El informar a la familia de esta medida también es relevante", expresó el profesor de la UA, Juan Urbina.
Dally tramitó esta documentación el 12 de enero del año pasado. "Me dirigí a la notaría, donde se sorprendieron al comentarles mis razones para hacer la declaración jurada. Después de hacerlo, dejé el documento original en la universidad y me quedé con una copia", indicó.
Con tal documento en manos del área de anatomía, sólo queda por parte de la familia respetar la decisión.
"La familia del donante podría oponerse y apelar a esta medida, tal como sucede numerosas veces con la donación de órganos para trasplante, es un problema que puede ocurrir. Aún así esperamos que la familia respete siempre la decisión del donante", expresó el académico.
Investigación
Tras el fallecimiento de los donantes, comienza el proceso de donación. En esa instancia el cuerpo es trasladado desde el lugar donde se están realizando las últimas ceremonias de despedida, hasta las dependencias de la universidad.
Al momento de recibir el cuerpo, éste se debe conservar. "Al cadáver se le introduce al sistema arterial una mezcla química que hace que el cuerpo se conserve y pueda ser utilizado", comentó Urbina.
De momento, Dally cada cierto tiempo visita las dependencias de anatomía de la Universidad de Antofagasta.
Voy a ver donde estaré después de mi muerte. Aunque suene extraño, me emociona saber que voy a poder hacer más por esta sociedad y que mi decisión no será en vano", afirmó la donante.
casos registrados de donantes de cuerpo posee la unidad de anatomía de la Universidad de Antofagasta. 5