El sol salió del Ande con un bostezo, danzó y rió, con sus carcajadas de fuego, cruzando el desierto, hasta lanzarse al mar, y descansar, después de un día tan grato. Sol, desierto, mar…

Hace muchos años soñé este momento… poco a poco el sueño y las esperanzas se fueron desvaneciendo.

Hoy, don Andrés, es una hermosa realidad. Durante 8 años esperó un gesto, un llamado, una invitación de su Universidad. Pero, en Iquique, se adelantó Simbad, con su fanal en la mano, para llevarlo al Barco Ebrio, aquel navío del cual no pudo desembarcarse jamás…

Han pasado ya 37 años y al cumplir la Escuela de Periodismo los 50 años de su creación, propuse: es la mejor oportunidad de reparar un grave error histórico y rectificar ante la ciudadanía la afrenta a su Doctor Honoris Causa.

En una entrevista me preguntaron: ¿Cuáles fueron los grandes dolores de Sabella? Fueron muchos, y algunos inevitables: la muerte de su madre, de su padre, de la mítica tía Martina, la pérdida de su ojo. Otros, dolorosos e injustos: el haberle negado el Premio Nacional de Literatura, cuando ya lo había ganado. Pero, sin duda, el dolor más grande fue su exoneración, de la que él consideraba su alma mater: la Universidad del Norte. "Eso fue muy doloroso. Lo primero que sentí fue un gran dolor ante una injusticia a toda una vocación y a toda una exaltación, a una entrega sincera que yo había hecho de mi vida a la causa universitaria. Luego, un dolor por las falsas razones que se dieron, por la falsía de esas acusaciones. Eso me dolió y me sigue doliendo".

Agradezco al Señor Rector, don Jorge Tabilo, por saldar hoy una deuda con un hombre íntegro, un humanista que entregó lo mejor de sí a sus alumnos.

Al recibir su título de Doctor Honoris Causa, usted dijo "Habrá otras tardes, pero ésta será mi tarde, porque mi Universidad puso una estrella a mi humilde pluma de escritor"

Esta, don Andrés, es otra tarde, en que su Universidad pone otra estrella, esta vez a su obra y a su notable estatura humanista, para recibirlo, con honores, como usted siempre ha merecido, en SU casa.

María Canihuante

Fue discípulo del maestro Pedro de la Barra y junto con él uno de los fundadores de la Compañía de Teatro de la Universidad de Chile (hoy Universidad de Antofagasta). Mientras ejercía como profesor de la Escuela 51 de la oficina salitrera Victoria tuvo la oportunidad de presentar, por azares de la vida, sobre un escenario a la mismísima Violeta Parra en su peregrinar por el norte en busca de historias que cantar.

También compartió caminatas en compañía del poeta y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda en varias de sus visitas a Antofagasta y pasó tardes de tertulia en su casa acompañado del cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino Atahualpa Yupanqui.

Actor en las películas chilenas "El tercer día" y "Caliche Sangriento", esta última escrita y dirigida por Helvio Soto y filmada por Silvio Caiozzi e interpretó más de 137 personajes creados por autores teatrales como Plauto, Molière, Federico García Lorca, Bertolt Brecht, Shakespeare, Ionesco, Teresa Vernal, Armando Moock y Alejandro Casona, entre otros.

Sin duda que la vida del académico, articulista, dramaturgo, actor y escritor, Mario Vernal Ariste, califica merecidamente para editar un libro con su obra.

Es justamente esta idea la que busca materializar su hijo el folclorista y director del grupo Punahue, Mario Vernal Duarte.

A la espera de concretarse dicho proyecto el músico compartió algunos de los pasajes de la vida de su padre desde las salitreras hasta llegar a Antofagasta, donde llevaría a cabo sus más preciadas actividades docente y artísticas, siendo uno de los más destacados en el quehacer cultural de Antofagasta pre apagón cultural, específicamente en materia teatral.

Vida pampina

Mario Vernal Ariste llegó a la vida en la oficina Salitrera San José en 1932. De ahí su fuerte conexión con la pampa. "Mi padre nació en una familia pampina de ocho hermanos que vivía en una condición de pobreza muy grande, que no era muy distinto a lo que pasó con otras familias de la época. Afortunadamente un profesor que llegó desde afuera, vio a este niño chico que sobresalía de sus hermanos y le ofrece a mi abuela la oportunidad de llevarlo a Iquique a estudiar. Su opción era esa o entrar a trabajar en las salitreras con 10 años", cuenta Vernal hijo.

Fue así que se inició como profesor primario para acabar convirtiéndose en un académico universitario de gran valía para luego regresar a su casa y encontrarse con una realidad brutal de precariedad social en la que vivían las familias pampinas.

"A partir de ahí a él le nace ese concepto muy social que luego lo reflejó a través de la escritura, el cine y el teatro", cuenta el director Punahue.

Una desconocida Violeta

"Mi padre siempre me contó que cuando el era joven mientras ejercía como profesor en la oficina Victoria, lo llaman apelando a sus dotes de actor y le comentan que tiene que presentar a una señora muy fome que viene a cantar. Mi padre se acerca a esta persona y se da cuenta que esa señora desconocida era Violeta Parra. Como en ese entonces la gente de la oficina, en su mayoría mineros, no sabía quién era esta persona y por qué canta lo que canta, mi padre trabajó con ella la forma para que la gente fuera a verla cantar y armó un espectáculo con sus alumnos para que Violeta se presentara".

Pedro de la barra

Vernal llegó de la pampa a Antofagasta a principios de 1960 para incorporarse junto con su esposa Teresa Duarte a la Compañía Teatro del Desierto, agrupación ligada a la Universidad de Chile, sede Antofagasta. Es mientras participa en esta compañía que logra estrechar lazos con el ya en ese entonces Premio Nacional de Teatro, Pedro de la Barra, para luego transformarse en su más cercano discípulo.

"Pedro de la Barra llega a Antofagasta por su inquietud de masificar el teatro. Él llega pagado por la Universidad de Chile para formar, junto a la agrupación Teatro del Desierto, una compañía profesional de teatro en el norte. Es a partir de ahí que nace este vínculo con mi padre que pasó a ser su pupilo preferido. Ellos tenían largas sesiones de conversaciones sobre el teatro y la vida de las que yo fui testigo", recuerda su hijo.

Pablo Neruda

"Cuando Pablo Neruda venía a Antofagasta mi padre era el encargado de llevarlo y traerlo mientras estaba en la ciudad. Él me comentaba que el poeta siempre llegaba al Hotel Antofagasta. Y ese sector donde ahora está el mall antes eran unos callejones oscuros donde pasaba ferrocarriles y mi padre tenía que llevar a Pablo Neruda por ese lugar para llegar a la casa de Pedro de la Barra quien vivía en los Colectivos. En ese trayecto surgían largas conversaciones entre el poeta y mi padre, incluido orinar a la orilla de la línea del tren".

Caliche Sangriento

Durante la realización de la Filzic 2018 se exhibirá la película "Caliche Sangriento", lo que será una excusa para un conversatorio de la vida y obra de Mario Vernal (protagonista de la cinta, dirigida por Elvio Soto y Silvio Caiozzi).

"Mi padre nació en una familia pampina de ocho hermanos que vivía en una condición de pobreza muy grande".

Mario Vernal Duarte, Hijo de Mario Vernal Ariste"

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