Al menos 42 personas murieron en un presunto ataque químico con gases venenosos en Douma, una localidad siria bajo control rebelde cerca de Damasco, según informaron activistas sirios de oposición y personal de rescate.
La Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, por sus siglas en inglés) y la Defensa Civil Siria, grupo conocido como los "cascos blancos", informaron ayer que 42 personas fueron encontradas sin vida en sus casas y en los refugios en los que se escondían de los bombardeos en Duma.
Según las ONG, casi 500 personas han sido tratadas por síntomas como asfixia, pulsaciones cardíacas lentas y quemaduras en la córnea. En un un video difundido la noche del sábado por los "cascos blancos", y no verificado por otras fuentes independientes, algunas de las víctimas mortales echaban espuma por la boca y padecían cianosis, una coloración azulada de la piel que se produce por falta de oxígeno.
La Defensa Civil Siria, vinculada a la oposición, pudo documentar 42 decesos, pero los olores les impidieron seguir con la búsqueda, según Siraj Mahmoud, portavoz de los "cascos blancos". "Hasta el momento, nadie ha podido averiguar el tipo de toxina que se utilizó", dijo.
Por otro lado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de informantes en el terreno, no pudo confirmar que se trate de un ataque químico.
Según la ONG, al menos 21 personas murieron el sábado por asfixia, pero como resultado del "derrumbe de los edificios" en los que se encontraban en este reducto rebelde.
Rusia y siria lo niegan
Tanto las autoridades sirias como Rusia, aliado de Damasco, negaron rotundamente el uso de armas químicas e incluso acusaron a la facción rebelde Ejército del Islam de "fabricar" el ataque.
A través de un comunicado publicado en la agencia noticiosa estatal SANA, Damasco aseguró que se trata de un "intento fallido" por obstaculizar los avances del gobierno.
Desde Rusia también negaron el ataque. "El objetivo de estas falsas conjeturas, totalmente infundadas, es proteger a los terroristas y a la oposición radical que rechaza un arreglo político y, al mismo tiempo, intentar justificar posibles ataque militares desde el exterior", informó la Cancillería en un comunicado.
Las fuerzas del gobierno sirio reanudaron el viernes la ofensiva contra el bastión rebelde de Douma, luego de que una tregua de 10 días colapsara por desacuerdos sobre la evacuación de combatientes de oposición.
"un alto precio"
Pese a que hasta ayer no se había podido confirmar el uso de armas químicas, varios líderes mundiales condenaron el hecho y el Presidente estadounidense, Donald Trump, responsabilizó directamente a su homólogo ruso, Vladimir Putin, y a Irán, por apoyar al jefe de Estado sirio, Bachar al Asad.
"Muchos muertos, incluidas mujeres y niños, en un ataque QUÍMICO sin sentido en Siria. El área de atrocidades está bloqueada y rodeada por el ejército sirio, por lo que es completamente inaccesible para el mundo exterior. El presidente Putin, Rusia e Irán son responsables de respaldar al animal de Asad", escribió en Twitter Trump, que además dijo que se pagaría "un alto precio" por lo sucedido.
Esto ocurre justo un año después de un ataque químico en la localidad de Khan Sheikhoun, en el norte de Siria, en el que murieron docenas de personas. El incidente provocó que Trump, ordenara un ataque con varias decenas de misiles Tomahawk contra una base siria.
Por su parte, el ministro de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, calificó de "verdaderamente terrible" lo ocurrido y pidió a Rusia que no obstruya una investigación.
El Papa Francisco también se refirió al hecho y aseveró que "nada puede justificar tales instrumentos de exterminio contra la población".