"Travesía marítima por el Austro"
Ana Labbé González publica estas crónicas de viaje, editada por Rapsodas Fundacionales, Arica.
Un libro original, correctamente escrito, grato, muy personal, que incursiona en un género literario algo olvidado por las últimas generaciones y tan pertinente sin embargo.
Hace años que no se ve la publicación de aquellos diarios de viajeros algunos verdaderos tratados científicos, otros pretenciosos, y los más entretenidos, amenos, que como postales nos remitían a parajes desconocidos y exóticos, como esas "Andanzas de un Alemán en Chile" de Treutler. Sobretodo hoy que es más accesible el viajar y recorrer tierras extrañas llama la atención este silencio editorial de publicaciones de estas características… o quizás sea por lo mismo, como muchos viajan hoy ya no necesitan leer esas experiencias dado que pueden vivirlas.
Razones acertadas o no, Labbé incursiona en el género sin aspiraciones de trascendencia ni de originalidad y es ésta quizás una de sus principales fortalezas, la lectura trascurre ligera y aleve, fresca como esos aires allá del sur de América.
El narrador en primera persona participa de los hechos los comenta, y pequeños datos dan originalidad al relato. Un libro íntimo, elegante, sin suspenso ni melodrama, sin conflicto y sin embrago grato en lo aleve y ligero.
Extraño libro este que se queda en el lector como permanece al agradable sabor de un buen vino liviano.Otra cualidad de este libro, para nosotros, es la perspectiva de la que se narra, no del citadino como nosotros, sino es la historia del turista que una mañana con sombreros y vestidos blancos cruza la Plaza Colón.
El buen lector que acostumbrado (hoy un poco a la fuerza) a una literatura precisa, incisiva, afanosa de lo notable, ávida y muchas veces vehemente, va a disfrutar de este género, de este libro, que no por su sencillez carece de valor o de placer.
Andrés Sabella
Ricardo Alejandro
Pérez Miranda