"La justicia no se juega en la universidad, sino en los primeros cinco años de un niño"
En dos meses el coordinador general de Evolución Política (Evópoli), Rodrigo Durán, habrá sostenido reuniones con todas las directivas regionales del partido.
La idea es que los líderes locales de Evópoli estén empoderados y propongan sus propias metas, aseguró Durán, quien estuvo durante la semana en Antofagasta. Habló del crecimiento que ha tenido el partido, las diferencias con la derecha más conservadora y cuáles son las prioridades, como la infancia y la modernización del Estado.
¿En qué proceso se encuentra el partido?
-Acabamos de terminar un proceso electoral que renovó todas nuestras directivas, la central y las regionales, con la voluntad es fortalecer y empoderar a estas últimas. Como coordinador estoy con el planteamiento de los planes de trabajo a las directivas, para que ellas mismas puedan ordenarse de manera autónoma y nos propongan cuáles serán sus metas y trabajo para los próximos dos años.
Estamos en una etapa de consolidación del proyecto. Tuvimos dos años de un crecimiento muy grande, pasando de 18 mil a 22 mil militantes; pasamos de tener un parlamentario a contar con seis diputados y dos senadores, además de dos ministros, cinco subsecretarios, dos intendentes y seremis en todas las regiones. En la elección anterior tuvimos 60 mil votos y en esta registramos más de 320 mil, pero ese crecimiento, por la premura de las campañas, no vino acompañado de una consolidación del proyecto, que es lo que queremos hacer en estos dos años.
¿Por qué cree que los electores comenzaron a buscar alternativas políticas dejando de lado los partidos tradicionales?
-Es interesante hacer el símil entre el Frente Amplio (FA) y el crecimiento de Evópoli, que son las alternativas serias que nacieron de la izquierda y la derecha. El FA es un conglomerado de 13 movimientos y partidos, mientras que Evópoli es un solo que nace de independientes, no fue una escisión, como Amplitud o el PRI y tuvimos sintonía con el desencanto ciudadano porque los partidos políticos se transformaron en partidos de dirigentes y parlamentarios. Nosotros somos un partido de militantes, con el foco en que cada uno sea protagonista de las transformaciones que proponemos.
¿Qué cosas han recogido de las nuevas exigencias ciudadanas?
-La gente está cansada de los políticos mentirosos que dicen que resolverán todos los problemas. Nosotros no vamos a ningún lugar a decir que podemos resolver los problemas solos, porque hay que asumir con humildad que eso no es posible. De esto nacen las prioridades y nosotros planteamos desde que nacimos que la justicia parte de la primera infancia, por eso ponemos primero en la fila a los niños y la agenda de infancia. Hoy donde se juega la justicia no es en la universidad, sino en los primeros cinco años de un niño. Un menor que nace en un barrio acomodado habla siete mil palabras mientras que por ejemplo, uno que nació en La Chimba, habla 1.500. La brecha que aquí se genera es tan grandes que incluso la capacidad de soñar, que es algo tan básico, está coartada.
Otra cosa que recogimos de la ciudadanía es la modernización del Estado, devolverle la dignidad al funcionario público y que los servicios dejen de ser un botín de campaña y se transforme en un espacio de mérito.
Siendo parte del oficialismo, cómo han manejado los roces que tienen con otros partidos, como lo que pasó con el proyecto de nepotismo o la ley de género.
-Nuestra coalición, desde que partimos con Chile Vamos hace casi tres años, está aprendiendo a valorar la diversidad no como un riesgo, sino como una riqueza y ese es un gran desafío actual de la centroderecha. No es suficiente con aceptar, hay que tener la valentía de decir yo puedo aprender de alguien que piensa diferente a mí. Esto es lo que nosotros empujamos y por eso dejamos pasar ciertos ataques que hemos tenido como partido, porque no nos interesa imponer nuestras ideas, sólo queremos espacios para el diálogo.
Siente que a Evópoli, por ser un partido de centroderecha, en algún momento se le trata de vincular con el ala históricamente más conservadora.
-La derecha carga con el peso de la historia, por apoyar de manera oficial una dictadura. Pero creo que poco a poco las ciudadanía comprende que en las nuevas generaciones y más allá del prejuicio, existe una opción distinta que es capaz de decir que hubo una dictadura y que hubo violaciones a los derechos humanos. Si hay un prejuicio, debido a nuestras propuestas y convicciones, no tenemos temor en decir que estamos en la centroderecha.
Usted habla de la dictadura y las violaciones de derechos humanos sin ninguna complicación. ¿Por qué cree que no ocurre lo mismo en otros sectores de la derecha?
-Porque creo que los sectores más conservadores de la centroderecha efectivamente no creen que hubo una dictadura ni violaciones de los derechos humanos. Es algo que lo justificaron durante tanto tiempo que se convencieron de ello. Sin embargo, creo que es una cuestión mucho más generacional, por quienes formaron parte del régimen, que ideológica. La renovación de principios de RN y la que está realizando la UDI dan señales de que poco a poco se avanza a un voluntad de reconocer lo que pasó en dictadura.
Directiva local
Hace dos semanas hubo elecciones en Antofagasta y la directiva local quedó encabezada por Irina Salgado y el secretario general es Vladimir Mesa, uno de los fundadores del partido en la ciudad.
¿Qué es lo que más necesita trabajar Evópoli en el corto plazo?
-Que el partido sea reconocido a nivel local, que sepan que Irina (Salgado) es la presidenta, por ejemplo, contar con una estructura, con coordinaciones comunales. Lo otro que debemos trabajar mucho es el conocimiento del proyecto de Evolución Política. Nosotros hicimos un trabajo interno, con una encuesta nacional, y descubrimos que sólo el 17% de los chilenos sabe qué es Evópoli. Sólo ese porcentaje sabe que es un partido político, pero desconocen si es de izquierda o derecha. Por eso, lo único que puede posicionarnos bien es hacer la pega bien hecha. Si queremos que los chilenos conozcan Evópoli, tenemos que trabajar bien.
"Nosotros no vamos a ningún lugar a decir que podemos resolver los problemas solos, porque hay que asumir con humildad que eso no es posible".