Un hospital es una orquesta y para que una orquesta toque bien, todos deben tocar su partitura, pero también todos deben respetar la partitura que toca el otro. El ejemplo del violín y el violonchelo, que no tienen la misma carga de trabajo ni las mismas dificultades, pero tienen el mismo sueldo, lo que a menudo lleva a rivalidades y celos. ¿Qué director hospitalario nunca ha tenido que resolver este tipo de conflicto en su hospital?
Los desafíos de la salud pública son útiles para comparar la organización rigurosa de una orquesta. Una organización que se parece extrañamente a la de un hospital moderno. Entonces, ¿qué actitud deberíamos adoptar como líder? Llevar a los funcionarios a la batuta o al intercambio de opiniones asegurando que prosperen en su entorno de trabajo. Será ésta, sin duda, la segunda opción defendida por un director sensato, convencido de que este hospital posee los mismos códigos que una gran orquesta.
Se debe abogar entonces por una actitud integral, pero especialmente por la revalorización de especialidades que a veces se tiende a subestimar y aunque aparentemente se ven poco relevantes, ocupan un puesto clave para aportar en un buen diagnóstico. (ej. el geriatra)
Lograr que los médicos quieran levantarse por la mañana para un mejor rendimiento en las jornadas hospitalarias, es una práctica que debería valorarse como ejemplo frente a los funcionarios, la puntualidad, el sentido solidario y una gran cuota de abnegación.
La armonía es la función básica en el proceso administrativo hospitalario que permitirá optimizar la oferta a una demanda de necesidades, utilizando las herramientas de gestión de manera ecuánime que permitan una planeación, toma de decisiones y gestión administrativa de manera eficiente y oportuna. Ya que esto finalmente repercute en que las melodías puedan ser entregadas en forma oportuna y adecuada a los receptores, que pacientes esperan recibir una buena calidad de atención.
Por lo tanto, es imperioso que nuestra orquesta "Hospital" sea dirigida por un director que conozca muy bien las partituras y la calidad de sus integrantes, para lograr llevarlo de una etapa de "sostenutto ma non troppo" en la que actualmente se encuentra, a una etapa de "allegro, andante, allegretto", ya que nuestra ciudadanía se merece que esta inversión se refleje finalmente en una sustantiva mejora en la calidad y oportunidad de la atención en salud.
Hugo Benítez
Médico