El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer que los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera deben ser deportados "inmediatamente", sin la oportunidad de comparecer ante un juez, hecho que supondría una violación del principio de debido proceso.
"No podemos permitir que esta gente invada nuestro país. Cuando alguien entra, debemos inmediatamente, sin jueces o casos judiciales, enviarlos de vuelta por donde vinieron", escribió el Mandatario en su cuenta de Twitter.
"Nuestro sistema -continuó -es una burla a la buena política de inmigración y a la ley y el orden. La mayoría de los niños vienen sin padres (...) ¡Nuestra política de inmigración, de la que se ríe todo el mundo, es muy injusta para todas aquellas personas que han llegado por el sistema legal y llevan años esperando en fila!", agregó.
Debido proceso
El principio legal de debido proceso establece que el Estado tiene que respetar el derecho de las personas a garantías mínimas para que el resultado de un proceso judicial sea justo y equitativo, precepto que incluye el derecho de las personas a comparecer ante un juez.
En EE.UU., cuando los inmigrantes son detenidos, tienen derecho a comparecer ante un magistrado, que decide si deben ser expulsados o pueden permanecer en el país para tramitar una petición de asilo.
Las declaraciones de Trump suponen un paso más en sus propuestas contra la inmigración irregular, luego que en abril su Gobierno implementara una política de "tolerancia cero" con la llegada de personas sin papeles, la que lleva a procesar criminalmente a los adultos y originó la separación de los niños cuando sus padres eran privados de libertad.
Ante las fuertes críticas que generó este procedimiento, el Presidente se vio obligado a firmar una orden ejecutiva que ordenaba el fin de la división de familias, pero en el que establece que a partir de ahora los menores deberán ser encerrados con sus padres mientras estos enfrentan el proceso para ser deportados.
Actualmente, en EE.UU. los niños no pueden ser privados de libertad durante más de 20 días, pero el Gobierno de Trump ha pedido a la justicia que amplíe ese límite.
La Casa Blanca, hasta ayer, había reunido a 522 niños inmigrantes con sus familiares, aunque 2.053 menores siguen recluidos, según datos publicados por el Departamento de Seguridad Nacional.