El dolor de las personas por no poder comprender al otro, no poder ayudarlo y volverlo a su origen. Un otro perdido en sustancias que llenan su mente, los vacíos que alguna vez le ayudamos a construir. Ese es el problema de nuestra sociedad. No nos miramos a los ojos. Cómo cuidamos a nuestros seres queridos si muchas veces tampoco sabemos qué piensan o sienten, miramos pero no vemos.
La historia se repite. Una madre que se enfrenta a la adicción su hijo, un padre que culpa a la madre por ello, y un hijo ausente en su propio flagelo y la sociedad sin arte ni parte.
Todos somos responsables del joven con problemas derivados del consumo y de construir un modelo de sociedad en el que no nos miramos a los ojos y no reconocemos la empatía, el dolor, en el que culpamos al desarrollo de malas políticas públicas para combatir los problemas que nos aquejan, en donde pensamos que ese joven es culpable por no tener fuerza de voluntad ni encontrar salida a su propio mal.
Debemos darnos cuenta que ese joven es causa de nuestra despreocupación por el entorno, de la falta de acogida, poca colaboración con su realidad, debemos tomar acción ahora ya.
Desde mi experiencia, no fue mi familia la responsable de mis actos, no fue solo mi entorno y la sociedad, fue un conjunto de factores que no me dejaron ver las oportunidades que siempre Dios puso en mi puerta, oportunidades que se desvanecieron poco a poco y que me llevaron por camino cruel de soledad y de vacío, el cual muchos jóvenes están recorriendo en este mismo momento.
Es momento de pensar en que todos debemos actuar para mejorar los espacios que habitamos, de levantar la mirada y de buscar cómo podemos aportar.
Tomé acción, decidí cambiar y hacer algo por nosotros todos. Por los estuvimos, estamos y estaremos sin espacios ni opciones por los que no tienen donde escuchar experiencias, por esas mujeres que muchas veces sufren en silencio la desesperación, comprenderlas es nuestro rol de En los ojos de mi Madre.
Levantemos la mirada, veamos a quien tenemos al lado. Saludemos y contribuyamos a ser mejores personas, es el primer paso para encontrarnos y buscar las soluciones. Ese es mi compromiso y espero que más ciudadanos nos sumemos para este cambio.
Elías Jara
Director ejecutivo Fundación En los ojos de mi madre