"La guerra comercial es un subproducto del alza del populismo en el mundo"
Convencido que la incipiente "Guerra comercial" entre Estados Unidos y China es un subproducto de un fenómeno mucho más preocupante como es el avance del populismo en el mundo y que difícilmente Donald Trump escalará en ese conflicto, se mostró el exministro de Hacienda y excandidato presidencial, Andrés Velasco.
El economista -quien fuera profesor en la prestigiosa universidad de Harvard- estuvo hace unos días en la ciudad para sostener una serie de encuentros con jóvenes, emprendedores y simpatizantes del partido político que lidera, Ciudadanos.
Durante su estadía conversó con este Diario sobre la coyuntura económica, las políticas de desarrollo regional y diversificación productiva, y la denominada "Brecha de género", para la cual difunde una serie de medidas destinadas a mejorar la empleabilidad femenina.
¿Cómo analiza la guerra comercial que amenaza con desatarse entre Estados Unidos y China?
-En el mundo hay muchas fuentes de inestabilidad y ésta es una de ellas, no sé si la mayor. La posibilidad de una guerra comercial -que aún no está desatada- para mí es un subproducto de un fenómeno mucho más preocupante que es el alza del populismo en el mundo.
Hoy Estados Unidos -que es la mayor potencia económica del planeta- es conducida por un populista de derecha, a Rusia la conduce otro populista que no sabemos de qué color político es, países importantes que eran un éxito democrático como Polonia y Hungría están en plena regresión autoritaria, la séptima economía del mundo, Italia, con otro gobierno populista con total ineptitud...
Y más cerca de casa, en México un populista de Izquierda acaba de ganar la elección por una mayoría abrumadora; en Brasil puntea las encuestas un populista de extrema derecha y hace un mes atrás en Colombia a segunda vuelta llegó un candidato de derecha dura y otro de izquierda dura, entonces se ve una fuerte polarización y tendencia al populismo, y si hay una cosa que sabemos de la historia humana es que los gobiernos populistas rara vez conducen bien la economía, porque son corto placistas y demagógicos.
¿Puede llegar a tener efectos importantes en la economía mundial y nacional?
-Creo que va a haber mucho ruido y chispas, pero no una guerra comercial declarada. Y la razón es muy sencilla: el sector privado de Estados Unidos está demasiado invertido en integración económica. Si vas a una distribuidora automotriz y compras un Ford, General Motors o Chrysler, cuando levantes el capó te vas a dar cuenta que el 40% o 50% de esos componentes son hechos en China. Son decenas de millones los empleos en Estados Unidos que dependen de las exportaciones a Canadá y México... Trump podrá ser irresponsable o demagogo, pero cuesta creer que se vaya a disparar no en el dedo del pie, sino en la sien.
¿Qué tan protegido está Chile ante una guerra comercial desatada?
-Chile es un país pequeño, nuestro PIB es el 0,2% de la economía mundial y por lo tanto estamos siempre expuestos a todos los cambios grandes a nivel global, pese a que tenemos políticas macroeconómicas razonables e instituciones sólidas fruto de décadas de construcción de reglas, pero no nos engañemos, un traspié grande de la economía mundial siempre va a afectar a Chile.
Regiones
Durante su visita, Velasco ofreció una charla, la cual estuvo centrada en el desarrollo de las regiones y las posibilidades de diversificación productiva para zonas como Antofagasta.
¿En los términos que se aprobó la Ley que permite la elección de intendentes, favorece el desarrollo de las regiones?
-Creo que sí, porque permitirá estabilidad en los gobiernos regionales y sus políticas públicas. Hay regiones de Chile que tuvieron cuatro intendentes en un año y así no hay política pública que aguante.
Ahora, a esa incipiente descentralización política hay que darle un contenido económico y ahí creo que hay que cambiar los ejes del debate, porque lo único que se discute hoy es cómo se reparte la tajada de los fondos públicos entre Santiago y regiones, que es sólo una parte del debate. Pero lo más importante es otra cosa, es cómo las mismas regiones impulsan su diversificación productiva.
En Antofagasta se trabaja en el cluster minero desde hace 20 años ¿Cree que no hay avances?
-Yo veo que el avance en esta región va bien despacito en lo que respecta a diversificación productiva. Creo que ha mejorado la discusión respecto del litio, hemos empezado a hablar de como se le da valor agregado -y ese es mérito fundamental de Eduardo Bitran- y ahí se comienzan a abrir avenidas de discusión, pero es el comienzo, no el final del camino.
El mundo hay que mirarlo en grande, hay tanta incertidumbre respecto del futuro de la minería, hay que mirar otros clusters...
El gran cambio del planeta en los últimos 25 años fue la incorporación de 2.500 millones de chinos y 1.500 millones de indios a la economía mundial, y ellos van a comprar alimentos y recursos naturales producidos en América del Sur, si estás en Argentina o el sur de Brasil, tienes que sacar tus bienes por el puerto de Santos o Rosario ¿por qué no sacarlos por Antofagasta?
Esas son ideas que vienen desde hace mucho tiempo...
-Pero requieren impulso y trabajo en el tiempo, es muy difícil que las impulse un funcionario público como el intendente que solo dura dos años en el cargo. A mi me gustaría que se creara -ojalá por ley, pero si no es así porque demora mucho, por decreto-, un Consejo de largo plazo en la región de Antofagasta que lo cite el gobierno regional, pero que quede amarrado más allá de éste... en el cual se convoque a personas reconocidas del sector privado para que estén por cinco años y entreguen una visión de largo plazo.
¿Qué rol pueden jugar las mujeres en todos estos cambios?
-Chile tiene tasas de empleo femenino vergonzosamente bajas -de las menores de América Latina-, que fluctúan en torno al 40%, la mitad que la mayoría de los países europeos. Las naciones que han logrado crecimiento económico acelerado durante mucho tiempo, lograron pasar de tasas de 30% a 70%.
En Chile la población está creciendo muy lentamente, por lo tanto, vamos a tener que meter más gente a la fuerza de trabajo y eso puede ocurrir de dos maneras: que haya más mujeres trabajando o más inmigrantes. Para incorporarlas estamos planteando una serie de medidas que van desde mayor flexibilidad laboral, más capacitación a mujeres sin empleo o experiencia laboral, y ponerle dientes a las leyes sobre discriminación.
"Donald Trump podrá ser irresponsable o demagogo (que lo es), pero cuesta creer que se vaya a disparar no en el dedo del pie, sino en la sien"."