Muchos dicen que el emprendimiento está de moda. De un tiempo a esta parte nos hemos empezado a familiarizar con términos como incubadoras de negocios, aceleradoras, start-ups y ecosistemas de emprendimiento. Algunos por necesidad y otros por vocación aventurera, en los últimos años se ha observado que el inicio de nuevos negocios en la región de Antofagasta ha dado un salto.
Según el Informe de la Actividad Emprendedora del Global Entrepreneurship Monitor (agradecimientos a la investigadora UCN Dra. Gianni Romaní), entre los años 2007 y 2016 la Actividad Empresarial en Etapas Iniciales, es decir, personas adultas que tienen un proyecto de negocio o que lo iniciaron y todavía no cumple 3,5 años de vida, pasaron de un 13% a un 26% de la población. Sí, leyó bien: más de un cuarto de los adultos de la región estaba emprendiendo o pretendía hacerlo el año 2016.
La mala noticia es que, según el mismo informe, las empresas con más de 3,5 años de vida y dirigidas por su dueño, pasaron de un 8,4% a un 6% en el mismo lapso. En otras palabras, los emprendedores entusiasmados por partir con un negocio se duplicaron en 10 años, pero los que lograron mantenerse no aumentaron, sino que disminuyeron. Es lo que se conoce como el "valle de la muerte": el periodo en que por razones tanto propias como externas, los nuevos negocios tienen más riesgo de sucumbir. Se podría decir que en estos años el valle de la muerte ha cobrado más víctimas que nunca.
Estos proyectos frustrados representan una pérdida dramática de energía y recursos, lo que nos mandata a redoblar esfuerzos por encontrar las causas y atacarlas. Están las conocidas limitaciones de financiamiento de capital de trabajo, pero también hay falencias en herramientas de gestión, en el diseño de un razonable plan de negocios y por qué no decirlo, hay emprendedores que se lanzan sin tener el aguante o la tolerancia a la incertidumbre que exige el trabajo independiente.
En Sercotec y en el Gobierno estamos trabajando para perfeccionar nuestros programas y bajar esta tasa de fracasos. Porque queremos que muchos emprendan, pero también que muchos perduren y se transformen finalmente en empresarios, del tamaño que sea. Porque el emprendimiento "mueve la aguja" y nuestra región necesita que a sus emprendedores les vaya bien.
Sacha Razmilic Burgos
Director Regional Sercotec