Cineclub Retornable estrena "El Patio"
DOCUMENTAL. La exhibición será hoy a las 20 horas en Parque Huanchaca.
Este viernes 3 de agosto llega a Cineclub Retornable el documental nacional "El Patio", siendo un estreno a nivel regional y que recién llegará a las salas chilenas esta semana.
Para quienes deseen asistir la cinta será exhibida a las 20 horas en Patio Huanchaca (avenida Angamos 01606, en el propio Parque) y podrán obtener las entradas horas antes de la exhibición.
El filme de la directora Elvira Díaz cuenta la historia de Lelo y Perejil, dos sepultureros que cuidan con cariño el Cementerio General de Santiago, quienes son guardianes de un oscuro secreto. En 1973, tras el golpe cívico-militar, fueron obligados a enterrar los cuerpos de miles de prisioneros políticos como NN (cadáveres no identificados), mientras sus familias los buscaban desesperadamente. Hoy, tras años de silencio y temor, comparten sus recuerdos con Sergio, el más joven de los sepultureros.
La directora nació en Francia y no conoció Chile hasta 2001, buscando acercarse a la realidad del país que vio nacer a su padre. "Mi padre llegó a París como refugiado político en enero de 1974. Esperé toda mi infancia que me trajera a Chile y finalmente decidí partir sin él en el año 2001 porque necesitaba acercarme a la realidad de las personas que se quedaron viviendo allí para entender y sentir.", afirmó la realizadora.
Al Cementerio General llegó cuando filmaba el documental "Víctor Jara Nº2547", que narra el entierro del cantante, cuya tumba se encuentra frente al Patio 29. Allí comenzó a cuestionarse la historia de ese espacio.
"Estando enfrente todos los días, comencé a hacerme preguntas sobre la historia de ese lugar y sus sepultureros", confiesa.
"Héctor Herrera, que es la persona que enterró a Víctor Jara en 1973, me contó que un sepulturero lo había ayudado a poner el ataúd del cantante en el nicho, y que, como acto de resistencia, había puesto una corona de flores que había robado de una tumba vecina, lo que obviamente estaba prohibido en ese momento. Entonces, me pregunté ¿quién había enterrado a los muertos en el Patio 29?, ¿quién estuvo a cargo de esa difícil tarea? Al principio pensé que eran soldados, hasta que el director del cementerio me explicó que no y me envió donde Lelo, que era un sepulturero que todavía estaba en servicio",
La autora confiesa que inmediatamente sintió un gran respeto por sus retratados, testimonios vivos de sabiduría entre quienes han experimentado situaciones espantosas, sin perder la cordura ni el sentido del humor. "Como muchas personas que han experimentado cosas terribles en sus vidas, hoy testimonian una cordura y sabiduría que me conmueven. También tienen mucho sentido del humor. Su visión de la vida, la muerte y la locura humana es diferente a la nuestra. Aprendí mucho de ellos".