Experta: "Láscar está con alerta amarilla y podrían haber pequeñas explosiones"
OBSERVACIÓN. Comportamiento del volcán es similar a sus últimas erupciones ocurridas en los años 2012 y 2015.
El volcán Láscar lleva casi 4 meses en alerta amarilla, básicamente por el aumento en la sismicidad que comenzó a experimentar y por el tipo de movimiento también, el que no ha permitido retornar a la alerta verde, según explicó la vulcanóloga Inés Rodríguez.
Sin ir más lejos, las condiciones actuales del cráter hacen aconsejable que ninguna persona se acerque más allá de cinco kilómetros de distancia de éste, tal como lo decretó la Onemi en abril pasado, para evitar que tanto turistas como lugareños tengan algún accidente.
"El Láscar está con alerta amarilla y podría haber pequeñas explosiones. Entonces, imagínese hay alguien en el cráter. Aunque haya una explosión, por muy chiquitita que sea, es muy peligroso. Ésta es una medida para proteger la seguridad de las personas. Primero, Sernageomin solicitó que fueran dos kilómetros de distancia y la Onemi amplió la orden a cinco kilómetros", argumentó la profesional.
El Láscar comenzó su alerta amarilla en abril, por un aumento en la sismicidad. No hubo cambios superficiales, vale decir, la fumarola se ha mantenido igual, pero la semana antepasada ocurrió un hecho en el macizo que tiene a los expertos pendientes.
"El día 26 de julio se levantó un reporte especial del volcán Láscar, debido a un enjambre sísmico. Si mal no recuerdo, hubo 300 sismos. Esa actividad bajó considerablemente, es decir, volvimos a tener entre 5 y 6 sismos por día. Por lo tanto, la alerta amarilla continúa", indicó Rodríguez.
Cada volcán tiene condiciones especiales y en el caso del volcán Láscar, éste siempre tiene sismicidad. Cuando aumentó su sismicidad a mediados de abril, comenzaron a ocurrir movimientos diferentes a los habituales.
"Esto también ocurrió en las erupciones del año 2012 y 2015, se está comportando de la misma manera. No ha habido cambios superficiales, y estos sismos no son perceptibles para la población".
La profesional aseguró que no cree que una eventual erupción del Láscar genere problemas graves para la población.
"Si hubiera una explosión grande, caerían cenizas. En este tiempo, es más difícil, porque el viento va hacia el este, lo que provocaría fuga de material hacia otras zonas, como Argentina. Los poblados que están cerca, no estarían tan afectados por esto. La distancia entre el cráter y los poblados, además, es la suficiente como para reaccionar", dijo Inés Rodríguez.