Con motivo de la séptima versión del seminario internacional de la Fundación para el Progreso estuvo en Chile el economista argentino Martín Krause. En entrevista con este medio, el académico asociado del influyente Cato Institute abordó el reciente escándalo de coimas en Argentina que amenaza con derrumbar definitivamente a la ex Presidenta Cristina Fernández, quien junto al difunto Néstor Kirchner habría liderado una trama de extorsiones millonarias.
"Es de esperar que este sea el fondo del tacho. Esta es la degradación llevada a su extremo, algo que incluso en este país no habíamos visto antes y menos en forma tan burda", señaló.
Pero, más allá de eso, Krause realizó un profundo análisis del Gobierno de Mauricio Macri, de las dificultades estructurales que atraviesa la frágil economía argentina y del peronismo actual.
Muchos sostienen que Macri creó sobreexpectativas económicas para llegar al Gobierno. ¿Coincide con este análisis?
-No del todo. En el cambio de Gobierno no hubo una crisis profunda de forma tal que la gente aceptara la necesidad de hacer un profundo ajuste económico, en particular del gasto público. Eso limitó a Macri a no poder hacer un ajuste drástico de entrada sino que tener que ir hacia esa política moderada y paulatina. Pero quizás fue demasiado lenta y se sabe que el gradualismo implica un riesgo, porque tienes que tener buena capacidad para manejarlo y suerte: que en el transcurso de ese camino no pase nada que ponga en peligro el gradualismo. La discusión ahora es si deberían haber ido más rápido.
¿Usted cree que deberían haber ido más rápido?
-Sí, definitivamente. Pero Macri entró con un mensaje que intentó ser optimista y que no planteaba a la gente la gravedad de la situación. Y si no haces eso, después no le puedes pedir a la gente un gran sacrificio.
¿Cuál es su análisis de las dificultades que enfrenta la economía argentina? Algunos señalan la debilidad del mercado de capitales y el financiero como grandes causas.
-No me parece que esas sean esas las principales debilidades económicas. El principal problema de Argentina es el volumen del gasto público y el déficit fiscal, y ahí es donde el gradualismo fue demasiado moderado. Macri redujo muy levemente el gasto público, en un punto del PIB, cuando en los años de Néstor y Cristina lo subieron 10 puntos . Entonces lo bajó muy poco y empezó a muy gradualmente reducir el déficit, pero esa situación de alto gasto público, y de fuerte presión impositiva en el sector productivo, y déficit fiscal, te deja en una posición muy vulnerable. En eso no fueron suficientemente duros.
¿Cómo evalúa el tejido empresarial argentino, sobre todo desde el punto de vista de las inversiones.
-El problema con las inversiones en el tejido empresarial es un dilema difícil. Argentina podría presentar grandes oportunidades de inversión. Hay mucho margen como para invertir, aumentar la productividad, desarrollar nuevos negocios. El problema para el que mira de afuera es cómo confiar en Argentina. Uno podría pensar en otros caminos para generar ese tipo de confianza.
¿Cómo cuáles?
-Por ejemplo con tratados internacionales de protección de inversiones, pero esos son los tratados que Argentina violó en 2001, así que ahora ni siquiera eso puede usar. Esperar que políticamente el inversor vea alguna señal de que el populismo tiene pocas oportunidades de regreso, pero eso es bastante incierto. Otra cosa que el Gobierno ha intentado hacer es concretar finalmente el TLC entre el Mercosur y la Unión Europea, como un mecanismo de generar un mayor grado de confianza y seguridad pero todavía no lo cierra. No hay mucho que hacer cuando sos un 'defaulteador' (persona que cesa sus pagos) serial: ya no te creen.
-¿Cómo ha sido la gestión política del Gobierno de Macri?
-Ahí sí han mostrado habilidad, la mejor prueba de eso son los resultados electorales: han ganado varias elecciones una detrás de otra, esta gente sabe hacer política y el marketing de la política. Han sido hábiles en aprovechar la división del peronismo, en explotar la confrontación con Cristina Kirchner, ante la cual la mayoría de la gente sale asustada corriendo para donde sea, y ese donde sea normalmente es Macri.
Tocaste el tema de la división peronismo. ¿Cuál es el alcance del peronismo actual y su poder real?
-En la actualidad, poco. Cristina puede contar con un 25% de apoyo, pero tiene un techo de 30%. No puede pasar de ahí, porque el otro 70% te puedo asegurar que no la vota ni en sueños. Y el resto del peronismo, la verdad es que no tiene ningún líder claro y siempre ha necesitado uno porque no tiene una estructura institucional. No hay ninguno que destaque, que sea atractivo para la opinión pública, y no saben qué hacer con Cristina. Esa parte del peronismo, en realidad, depende de que a Macri le vaya mal.
-¿El peronismo entonces se reduce al 25 o 30% que apoya a Cristina?
-Hay otro porcentaje de gente que, dependiendo del candidato y de su organización, podría llegar hasta otro 25%. Algunos le dicen el peronismo racional. ¿Si tiene figuras relevantes? No, nada. Podríamos decir que en Argentina hay tres grupos políticos: el oficialismo, Cristina y este peronismo racional. Habrá que ver si el grupo de Cristina y el del resto del peronismo se pueden unir. El problema es que si se unen se hunden todos con Cristina, y más ahora con lo que ha salido estos días. Ahora esto puede traer un cierto inconveniente político a Macri, porque si hace desaparecer a Cristina, le resuelve un problema político al otro peronismo.
¿Cuáles son las principales diferencias entre ese peronismo racional o tradicional con el de Cristina?
-El de Cristina tiene toda esa liturgia progresista, muy personalista en los Kirchner, mucho más de izquierda, amigos de Irán, de Maduro, etc. Y el peronismo tradicional no es eso. En muchos aspectos es más populista en el sentido tradicional y no de izquierda.
¿Cuáles son los principales desafíos de Macri para el resto de su Gobierno?
-Mantener la estabilidad de corto plazo que pudo generar en las últimas semanas, mantener eso para volver a recomponer la confianza en la economía. Que la recesión inevitable que vendrá ahora sea una corta, así sigue la tranquilidad y la economía comienza a recuperarse de forma tal que llegue con cierta velocidad a las elecciones de octubre del año que viene: ese es el plan de Macri.
"(En el Gobierno) han sido muy hábiles en aprovechar la división del peronismo, en explotar la confrontación con Cristina Kirchner, ante la cual la mayoría de la gente sale asustada corriendo para donde sea". "Argentina podría presentar grandes oportunidades de inversión. Hay mucho margen como para invertir, aumentar la productividad, desarrollar nuevos negocios. El problema es cómo confiar en Argentina"."