Han pasado seis años desde que la búlgara y exgimnasta rítmica, Caterina Ivanova (27) arribó a San Felipe para impartir una clínica de la disciplina. Si bien al principio se planificó como una visita breve, aquello se extendió y hoy es entrenadora de la selección chilena junior, equipo que ha dejado en alto el nombre del país en panamericanos y campeonatos internacionales, cosechando medallas.
Sin embargo la labor de la deportista europea no termina ahí, ya que durante el año se encarga de viajar por Chile, impartiendo clases y talleres a instituciones que practican esta disciplina. El Club Antares de Antofagasta cuenta ahora con la presencia de Ivanova, quien estará hasta mañana entregando sus enseñanzas y conocimientos en el Colegio Costa Cordillera.
Trayectoria
¿Cuál es su trayectoria en la gimnasia rítmica?
-Empecé a hacer gimnasia rítmica a los dos años. Mi papá es entrenador de atletismo y mi mamá de gimnasia, así que a raíz de eso entré rápido.
A los ochos años ya comencé a practicar esta disciplina de forma más profesional y a los 11 integré la selección de Portugal, porque en ese momento vivíamos ahí y luego competí por Bulgaria.
Me retiré temprano de esta disciplina, como a los 18 años, debido a una lesión, pero eso me hizo quedar conectada más aún con la gimnasia, para comenzar inmediatamente como entrenadora.
En este instante soy juez de la Federación búlgara de Gimnasia Rítmica y kinesióloga. Además, en mis tiempos de competidora fui campeona nacional junior y senior, al mismo tiempo en campeonator realizados en Estados Unidos, Francia, Hungría, Portugal, entre otros.
¿Cómo comenzó su vínculo con Chile?
-Todos los años en Portugal se organizaba esas típicas concentraciones de verano, pero a nivel internacional. En el 2012, participó una chilena, Lucía Bravo, en esta actividad y ella me invitó a hacer lo mismo el 2013, específicamente una clínica a San Felipe, llegando deportistas de todo el país.
Desde ese entonces, comenzamos a tener contactos con clubes y empezaron a invitarme para realizar trabajos específicos. Al año siguiente me hice cargo de la selección senior que fue a los Odesur 2014.
¿De qué forma nace la idea de crear el conjunto junior y dirigir a la selección chilena?
-Desde la primera concentración en el año 2013, nació inmediatamente mi idea de formar un conjunto junior, pero no era el momento. Yo en ese entonces aún estaba en la universidad y no podía quedarme.
Lo que hice fue algo que nunca se realizó en el país. Junté a niñas de diferentes ciudades e hice que vivieran juntas, entrenaran y dieran exámenes libres, por un tema cultural era difícil.
Al principio los papás y colegios no entendían este proceso, pero creo que fue un paso muy grande para el deporte chileno, no sólo para la gimnasia.
¿Cuál es su metodología?
-En realidad en esto hay que hacerlas todas, muchas veces soy entrenadora, psicóloga, preparadora física, coreógrafa, nutricionista y hasta mamá. Normalmente las niñas se juntan a las 9 de la mañana, donde realizamos preparación física y ballet. Luego de 13 a 14 horas almuerzan y después trabajamos de corrido hasta las 20 horas.
Esto lo hacemos seis días a la semana y descansan sólo un día. Quiero destacar que luego de una competencia importante como un Panamericano o un Sudamericano, autorizarlas para que por lo menos una semana visiten a sus familiares.
Las antofagastinas Martina Astete (13) y Jossiane Pizarro (14), son parte de esta selección chilena, ¿cómo se da el ingreso de ellas?
-Ellas integraron este proceso a fines del 2017, cuando el conjunto ya era medalla de bronce panamericano. En ese entonces trabajaba sólo con cinco niñas y era muy arriesgado porque podían sufrir alguna lesión. Eso provocó que me entrara la idea de integrar nuevas niñas con ciertas características específicas que busco.
Ambas me interesaron por el compromiso que mostraron, además de las ganas y el apoyo gigante de sus familias, más que nada por eso decidí darles esta oportunidad. En este momentos las dos antofagastinas son titulares en la selección chilena.
Costos
Me imagino que existen diferentes con respecto al apoyo que se le da a deportistas en Bulgaria en comparación al de Chile...
-En Bulgaria o Europa el tema de que los papás costeen la carrera deportistas de sus hijos no se da. También el hecho que en aquel continente sea más chico, hace que todo sea más barato y fácil, sobre todo el viajar.
Acá en Chile y Sudamérica en general las distancias son muy grandes, además no hay mucho apoyo del Estado o una política deportiva seria, lo que hace que muchos papás de hijos talentosos decidan no dedicarse tanto al deporte.
¿Cuáles son sus expectativas?
-Sinceramente cuando armé el conjunto, la meta era ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud, Buenos Aires 2018. Para clasificar teníamos que salir campeonas panamericanas este año, cosa que logramos, ya que era un cupo por continente, pero desafortunadamente el Comité Olímpico Internacional decidió no realizar esta competencia.
La federación de Chile me hizo saber su interés de que este proyecto siga, con miras a los Panamericanos de Santiago 2023. Me encantaría continuar acá en el país pero tendrían que cambiar muchas cosas, como apoyo, infraestructura, entre otras, creo que se logrará.
Espero seguir aportando, principalmente dictando clínicas a lo largo de Chile, formando a personas que se dediquen a fomentar este deporte. De hecho varias de las niñas que están en el conjunto quieren seguir mi camino, ya sea como entrenadora o creando clubes.
"Espero seguir apor- tando, dictando clínicas a lo largo de Chile, formando a personas que se dediquen a fomentar este deporte"."
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