Berríos y los barrios transitorios: "Inducen a vivir en la formalidad"
ANÁLISIS. Ante el posible cese del plan que levantaría un segundo barrio de emergencia, el sacerdote jesuita evaluó las ventajas que presentan estos espacios en la reinserción de los habitantes de los campamentos.
Vivir en comunidad, acatar ciertas normas, cancelar los gastos propios de consumo y también los comunes. En definitiva, tener derechos, pero cumpliendo los deberes.
Estas son las costumbres que a juicio del sacerdote jesuita Felipe Berríos, entrega la experiencia de vivir en un barrio transitorio a los habitantes de campamentos. Un lugar que si bien se presenta como una solución -valga la redundancia, "transitoria"- comienza a dar una percepción a sus moradores de lo que es vivir en comunidad formal. "Los barrios transitorios no solo son espacios más seguros y dignos para las personas en situación de vulnerabilidad, sino que además da un periodo de inducción para aprender a vivir con otros y sustentar los propios gastos que uno o la familia va generando", aseguró.
El análisis del religioso viene después que este Medio publicase que la continuación de un segundo barrio transitorio (que había sido planificado por el gobierno anterior) queda en suspenso mientras se termine el nuevo catastro de campamentos, el cual está siendo elaborado por el Servicio de Viviendas y Urbanismo (Serviu).
Los resultados de estos estudios determinarán si se prioriza un barrio adicional a aquel que fue levantado a mediados del año pasado, y que por ahora alberga a un centenar de familias en el sector norte alto de La Chimba, en donde sus principales habitantes fueron sacados de zonas de extremo peligro.
"No creo que los barrios transitorios sean la única solución. Seguramente existen otras. Pero ésta (solución) es una que ya está realizada y no son solo palabras, sino que hechos. El Barrio Transitorio fue una idea que respondía a una necesidad de hacer algo urgente sobre todo con los campamentos que estaban en lugares de peligro, por ejemplo en quebradas donde no tenían acceso los vehículos de bomberos".
Trabajo
El sacerdote, quien se encuentra viviendo en el campamento Luz Divina (a metros del barrio transitorio), es uno de los actores sociales que han contribuido para que el tema de los asentamientos en la región sea relevado incluso a nivel nacional.
Pero no es el único. Son varias las entidades que trabajan, tanto desde el mismo gobierno como organizaciones sociales y ongs con éstas familias, todas desde diferentes aristas y visiones, tienen como fin entregarles un mejor estándar de vida, siendo el objetivo principal el llegar a la concreción de la vivienda definitiva (ver detalle en la siguiente página).
Pero para Berríos, también es necesario que antes de llegar a vivir en una casa propia, los vecinos de los campamentos aprendan reglas básicas.
"Lo más importante de los barrios transitorios es que sirven como un periodo de inducción para que la gente que estaba acostumbrada a vivir en la informalidad aprenda a vivir formalmente. Si ellos recibieran la vivienda propia el día de mañana, tienen que pagar agua, luz y vivir con vecinos, y eso no se aprende automáticamente", comentó.
Presente
Las cien familias que habitan el barrio transitorio se encuentran a la espera de una solución habitacional definitiva. La lógica del mismo barrio es que, una vez que uno de sus habitantes obtenga su propio hogar, sea remplazado dentro del barrio por otra familia que provenga de un campamento en riesgo. "Yo soy práctico y creo que, más que las palabras y proyectos, la gente espera hechos. Es importante el tema de los campamentos y por cierto que tendremos que dar algo más de tiempo para este trabajo, porque el actual gobierno recién lleva seis meses. Pero la gente está esperando cosas concretas", reflexionó.
100 familias alberga el actual barrio transitorio La Chimba, el cual fue abierto a fines del año pasado para dar solución momentánea a los habitantes de campamentos.
3 años de implementación tenía contemplado el plan de Superación de Campamentos, el cual articulaba a todos los sectores comprometidos para solucionar las tomas.
59 campamentos existen en toda la región de Antofagasta, los que comenzaron a tener un vertiginoso auge a partir del año 2011, especialmente en la comuna de Antofagasta.