Sonia Buljan y Antonio Rendic: ¡GRACIAS!
En el río infinito de las horas que avanzan, en esta mañana de septiembre que se extingue, mi alma sigue estremecida por el canto de las olas matinales y el ruido de rocas oceánicas, que en sus estallidos, me recuerda, el canto de gloria universal, la partida de nuestra querida maestra y mujer de bondad ejemplar, doña Sonia Buljan, quien nos legó la cruzada: "Antonio: un santo para Antofagasta".
Esta mañana, entre el silencio de la sal y sol del desierto, la imaginé, en las alturas celestiales y en la paz de sus almas, en susurros, dialogando con Antonio. Su conversatorio alegre, sin miedos, envueltos de dulzura y paz infinita, giraba en torno a los enigmas y significados que cruzan el puente misterioso e inexorable de la vida y de la muerte.
Entonces, repentinamente me pregunté: ¿Cómo vivir y morir, como ellos, en la luz y la paz, con el universo y las personas? Es que, si sabemos que la vida es breve y que, en su brevedad, pronto se marchita para dar paso a la muerte, aunque claramente sin saber dónde, cuándo, ni cómo: ¿Podríamos transformar nuestro pequeño paso por la tierra, regalando luz al alma de tantos que sufren?
Si nuestro paso, por el puente vida-muerte, es breve: ¿Podríamos transitar como el Jesús en la tierra, y transformarnos en el pan del alma de los sufrientes, cultivando para ellos y el mundo paz, justicia, esperanza y amor?
Antonio y Sonia,consejeros de eternidades, permítanme interrumpiros vuestro diálogo de luz.
Es que, Sonia amiga, así como Antonio, en su obra "Paz y Progreso", 1979, tatuó mi alma al decir: "Dios, enseña a mi corazón a ser humilde, a amar, a servir y a perdonar", hoy, al recordaros a tí, se renueva mi alma, como el verde follaje de un robusto árbol que alimenta sus raíces para volver a nacer.
Tu recuerdo es como, cuando en la dulzura de mi hogar, se alimenta mi espíritu con la simetría de la araucaria que, en perfecta armonía de sus ramas, me mantiene a pie firme y me bendice con el sol, alimentando mi alma plena, en cada fibra, cada célula y cada tejido en plenitud de luz, para servir al prójimo, como tú y Antonio lo hiciereis.
Es que, como tú, Antonio , en el poema "Alfa y Omega", nos regalarais: "La vida es el comienzo de la muerte y la muerte es el comienzo de otra Vida"; ella, Sonia de ojos celestiales, en el Lanzamiento de mi última obra, me regaló su "Diálogo de poetas" diciéndome: "Jorge, como el poeta educador de exquisita sensibilidad nos llevas a meditar y a hacer de nuestro sentido de humanidad, que Rendic derrochó a manos llenas y, que pareciera ser la clave de la comprensión de los hombres" y luego agregara: "Jorge, con tus versos y prosa envuelta en el halo mágico de imágenes de reflejos de infinito, testimonios atemporales de un tiempo, trascenderán ese tiempo con tu mensaje fraternal de paz y justicia, para hablar un día a otros hombres tan lejanos; pero, tan próximos a nosotros en la misma eterna búsqueda de su destino".
Entonces Amigos, Sonia de Bondad y Antonio de Humana Ejemplaridad, en mi pequeñez humana, así como Pedro Calderón de la Barca, autor español, dijera ayer: "La vida es sueño", parodiando, hoy, os digo, amigos lectores:
En mi vida, breve o infinita, continuaré abriendo el surco de vuestros sueños…
"El sueño infinito de amor hacia la humanidad".
un santo para antofagasta